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Izquierda Socialista de Valladolid en la defensa de los Servicios Públicos

Tragedia griega

Francisco Parra

 

 

El euro se está convirtiendo en  una tragedia griega en varios actos. El primero acto data de 1992  cuando en Maastrich se acordó la creación la unión monetaria europea  a través de un plan convergente de cifras macroeconómicas de los países que habían de entrar en el euro, que fue sistemáticamente incumplido por los dos grandes protagonistas del euro: Francia y Alemania que nunca situaron sus presupuestos en los objetivos de déficit y deuda pública, y Grecia que por lo que se ve engaño a todos falseando sus cuentas con de Goldman Sachs; pero al fin y al cabo los planes europeos se hacen para incumplirse y sino repasen los objetivos de desarrollo establecidos en la agenda de Lisboa. El segundo acto, es en la costa oeste americana (en la levantina, en aguas del tigre celta, …), en donde se presta dinero a “cualquiera” para invertir en viviendas, el dinero prestado se empaquetan en “subprimes” que dan la vuelta al mundo hasta que los intereses suben y los créditos incobrables fuerzan a gobiernos a endeudarse para evitar la quiebra del sistema financiero internacional , creo que no me equivoco, el caso es que a la crisis le sucede una prolongada recesión y una extraordinaria contracción del crédito. El tercer acto, sucede en Grecia, en donde no se pagan impuestos y el estado, al amparo del euro, gasta a manos llenas, y cuando el temporal arrecia se empieza a dudar de su solvencia. El cuarto en los despachos de Bruselas, que se inventan uno, dos, tres… planes que siempre  conllevan un duro ajuste sobre las cuentas del estado heleno y un financiación con cuenta gotas, y no satisfechos extienden la disciplina fiscal a todo el orbe euro, en aviso a navegantes; en consecuencia las economías del euro que se exportan unas a otras se frenan en seco y los ingresos de los estados se resienten. El quinto acto en la “city” en donde se asientan los mercados financieros que, primero compraron deuda griega a sabiendas del déficit estructural de dicho estado, en singular ejercicio de rapiña demandaron elevados intereses por su deuda imposibilitando su pago, y luego ante la inminente quita se lo vendieron al Banco Central Europeo, que por lo que se ve es el principal tenedor de deuda pública de ese país. El sexto acto en Frankfort, en la sede central BCE que como no puede o no quiere intervenir en los mercados de deuda publica,  y celoso guardián del IPC europeo, que no de los precios de la vivienda en su momento, aboga por los ajustes fiscales sin preocuparse por las consecuencias que ello implica para el crecimiento económico y el empleo, pero como el banco de bancos ha de garantizar la solvencia de los bancos franceses y alemanes, acaba descargándoles de la deuda griega sobre todo cuando Dexia el tercer banco más solvente europeo según opinión del BCE se hunde. El séptimo acto en Berlín, la todopoderosa Alemania que actuando en clave nacional no desea ni que el BCE compre deuda, ni emita bonos, y solo se limite a dar liquidez o reestructurar Bancos, Alemanes a ser posible, sobre respaldo de bonos griegos, italianos y españoles, solo cuando su banca parece hacer reducido su riesgo, se implica  a fondo en el rescate griego. El octavo acto se vuelve a escribir en Grecia, cuando Papandreu en una hábil estrategia política convoca el referéndum, el enésimo plan europeo sobre la deuda griega empieza a hacer aguas, suben las primas de riesgo, las cotizaciones de los bancos europeos se hunden e Italia tiene que sacar al mercado 63.815 millones de  euros en estos dos meses, España unos 29.579 millones y en Francia 97.662 (http://decigarrasyhormigas.com/2011/10/24/vencimientos-de-deuda/). Ahora a la tragedia griega, le sucederá la ópera Italiana, y a esta la Zarzuela española.

 

 

Pero lo más curioso de todo, es que un solo movimiento, el único movimiento verdaderamente político de esta tragedia ha puesto el futuro del euro en la picota, es decir en manos de los cabreados ciudadanos griegos, y por una vez parece que ni los engominados financieros de la “city”, ni los sesudos financieros del FMI y del BCE, o los burócratas de Bruselas van a decidir el desenlace del cuento.

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