El terrorismo financiero contra Grecia
Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona
Estamos hoy viendo un ataque frontal del capital financiero, hegemonizado por el alemán, y vehiculado primordialmente a través del Banco Central Europeo (BCE), en contra del pueblo griego, ataque que intenta evitar cualquier atisbo de rebelión frente a las políticas de austeridad que están destruyendo el bienestar de las clases populares de todos los países de la Eurozona y muy en particular de Grecia, cuyo gobierno Syriza ha sido el primero en decir “BASTA YA” frente a lo que no hay otra manera de llamarlo como terrorismo financiero (ver el libro del Profesor Juan Torres y yo, titulado Los amos del mundo, las armas del terrorismo financiero). Es en estos momentos cuando hay que entender el contexto político e histórico de lo que está ocurriendo, comenzando por las semejanzas existentes entre lo acontecido en Grecia ahora con lo que sucedió en España en el año 1936.
España 1936, Grecia 2015
Existen momentos en la historia de Europa en los que la lucha por la justicia social y por la democracia en un país es también la lucha por la justicia y por la democracia para todos los países del continente europeo. La lucha, mal llamada Guerra Civil en España (entre 1936 y 1939), fue un ejemplo de ello. En el territorio español, un golpe militar en nombre de las minorías que controlaban el país, tuvo lugar el 18 de julio del año 1936, con el apoyo de las tropas nazis alemanas y fascistas italianas, frente a la gran mayoría de las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España, que resistieron tal golpe heroicamente durante más de tres años, con escasa ayuda militar de los países gobernados por partidos que se autodefinieron como demócratas, mostrando una gran traición a los principios democráticos que decían sostener.
La derrota de las fuerzas democráticas españolas significó también la derrota de la democracia en la Europa Occidental con la victoria del nazismo y del fascismo en muchos países de aquella Europa, iniciándose la II Guerra Mundial. Y en España, aquella victoria significó el inicio de un régimen dictatorial que se caracterizó por su enorme brutalidad (por cada asesinato político que cometió Mussolini, el dictador Franco cometió 10.000, según el mayor experto en el fascismo europeo, el profesor Malefakis, de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York) y que impuso un enorme retraso económico, político, social y cultural en España. En 1936, España e Italia tenían semejante nivel de desarrollo económico. En 1978, fecha en la que terminó aquel horrible régimen dictatorial, el PIB per cápita español era solo el 62% del italiano. Este fue el coste económico de tal régimen.
¿Qué está pasando en Grecia?
Salvando las diferencias que existen en cada hecho histórico, lo cierto es que en Grecia hemos estado viendo una situación semejante, en que la lucha por la justicia social y por la democracia en aquel país es la lucha por la justicia social y por la democracia en todos los países de la Europa Occidental. La pervivencia de la justicia social y de la democracia en los países de la Unión Europea se está jugando hoy en aquel país. Su derrota limitará enormemente, hasta anularlas, tanto la una como la otra, completando un proceso que se inició hace años con la construcción de un sistema de gobierno de la Eurozona, dominado por el capital financiero (hegemonizado por el alemán), que, en una coalición de las minorías gobernantes en cada país, han estado agrediendo al pueblo griego, destruyendo el 25% de su riqueza nacional o PIB, con el desmantelamiento de su ya escaso Estado del Bienestar, saqueándolo, robándole sus propiedades y atacando a sus clases populares, y muy en particular a su clase trabajadora, asalto que se ha estado realizando en colaboración con las élites corruptas y antidemocráticas que han gobernado Grecia durante muchísimos años. Este ataque (y no hay otra manera de definirlo) se ha llevado a cabo en alianza con las minorías que representan a las clases dominantes de los países miembros de la Unión Europea, siendo un aliado importante en esta lucha de clases que está teniendo lugar a nivel continental, las élites corruptas gobernantes del Estado español, herederas de las que dominaron la dictadura fascista en España.
La rama política de este capital financiero –los partidos conservadores y liberales, con la inestimable ayuda de los partidos socioliberales- (que todavía tienen la osadía de autotitularse socialdemócratas, tras haber abandonado cualquier atisbo de parecerse a tal tradición política), han establecido una dictadura en la Unión Europea que ha estado imponiendo políticas sumamente impopulares que carecían de mandato popular (pues no estaban en sus programas electorales), alcanzando su máximo desarrollo en Grecia. Hoy, la riqueza destruida en aquel país, todavía pobre en Europa, es mayor que la riqueza destruida en Francia y en Alemania durante la I Guerra Mundial. Sus pensiones y sus servicios públicos del Estado del Bienestar están siendo diezmados, y los convenios colectivos que defienden al mundo del trabajo están siendo enormemente debilitados, todo ello como consecuencia de las políticas neoliberales impuestas por el establishment neoliberal europeo que controla el gobierno de la Unión Europea y de la Eurozona, con la asistencia del Fondo Monetario Internacional. Es un ejemplo más del terrorismo financiero que es tan dañino como el terrorismo militar, y que es mucho más extenso.
El objetivo político del establishment europeo es destruir cualquier rebelión frente a esta d¡ctadura financiera
Lo que está ocurriendo hoy es el intento de destruir a Syriza, el primer gobierno que, representando los intereses de las clases populares, ha intentado parar tanta barbarie, rebelándose frente a las políticas públicas de austeridad, tal como le mandó el pueblo griego. Como he indicado en artículos anteriores, lo que la dictadura financiera quiere es no expulsar a Grecia del euro, sino expulsar a Syriza del gobierno. Y cuenta para ello con la clase política griega, corrupta hasta la médula, que controla la gran mayoría de los medios de información y persuasión de aquel país, como también ocurre en España.
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