El rigor de Hacienda: la repera patatera
Hay que ver qué cosas pasan con este Gobierno. Ocurre que como tenemos un presidente tan huidizo como Mariano Rajoy, nada debe extrañarnos que sus ministros sigan la huella y corran a esconderse detrás de algún subalterno cuando la tormenta aprieta. ¿Dónde estaba ayer, por ejemplo, el de Hacienda, Cristóbal Montoro, tan rompetechos en otras ocasiones, cuándo hay que explicar que algunos contribuyentes pagan lo que les da la gana, porque se lo llevan crudo a otros países, mientras su ministerio nada hace o, peor aún, los premia con amnistías generosísimas?
Pues ni uno ni otro han dado la cara por el escándalo Rato, carne de su carne. Al Congreso solo llegó el director general de la Agencia Tributaria, Santiago Menéndez, para decir, rostro de piedra, que Hacienda no filtra ningún dato, o para enfurecernos con esos 20.000 millones que andan por Suiza o los 4.000 de Andorra. Es verdad que una parte del problema es que ningún gobierno ni organización mundial es capaz de acabar con esos países llenos de banqueros peristas sin cuya complicidad no existirían los defraudadores y otras gentuzas.
Pero déjenme decirles que en España tenemos algún problema añadido. Bastará para entenderlo saber que este altísimo y respetable cargo ministerial fue capaz, sin sonrojarse, de decir algo tan ridículo como que él conoce los datos y “son la repera patatera”.
¿De dónde los sacarán?
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