Nos sobran los motivos
Con la que está cayendo algunos ingenuos nos permitimos el lujo de seguir creyendo en la política. Cuando las encuestas señalan con el dedo a los dirigentes como los principales responsables de lo que está pasando, algunos estamos cada vez más convencidos de que saldremos de esta mejorando y cambiando lo que conocemos (apostando por nuevas fórmulas, resultado de la evidente derrota de los métodos aplicados). Pero tomando como base lo que conocemos al fin y al cabo.
Si fuera posible reiniciarlo todo créanme: se haría. Pero son más ingenuos todavía quienes piensan que la catastrófica situación que estamos sufriendo desea ser combatida por todo el mundo. Precisamente hacer una tábula rasa no será posible porque quienes nos someten a esta situación se encargan, además de generarla, de perpetuarla. Sus redes son globales; nuestros gritos, aunque suenen por todos los rincones del mundo, carecen de los medios que ellos tienen para conectarse y tener fuerza. Y eso es precisamente lo que tenemos que hacer. No es muy inteligente perder demasiado tiempo en mirar al dedo cuando debemos ocuparnos de la luna.
Por cada día perdido en mezquindades banales que a nadie le arreglan la vida se desperdicia una oportunidad para proponer una alternativa. Y a la vista está que llevamos mucho tiempo perdido y mucha gente pagando las consecuencias.
Las soluciones no vendrán de fórmulas mágicas ni salvapatrias recolectores de cabreos generalizados. Las respuestas hemos de hallarlas dialogando, tendiendo puentes y buscando a los mejores. Y para ello es imprescindible la ética, la honestidad y no olvidar el objetivo final que no ha de ser otro que el bien común de la sociedad. Eso y no otra cosa entiendo que es la Política.
No es tiempo de ponernos trampas a nosotros mismos. Es momento de buscar de entre los mejores, al mejor. En proyecto, en equipo y en perfiles concretos. Las primarias no son la panacea, claro está, pero es un mecanismo que se supone ayuda a encontrar alguna pista. Siempre y cuando las reglas sean justas y garanticen un proceso transparente y legitimador. Las del Partido Socialista de Cataluña eran una gran oportunidad para ponerlo en práctica. Muchos mirábamos con ilusión esperando que fueran un ejemplo de apertura, coherencia, participación y transparencia.
Un 9% de participación (teniendo en cuenta el censo de militancia únicamente, ya que si tenemos en cuenta que podían participar no militantes se reduce todavía más el porcentaje de afiliados que han acudido a votar) demuestra la falta de legitimidad en los resultados. Dicho de otro modo: de los militantes del PSC el 91% ha pasado olímpicamente del asunto. Algunos dicen que ha faltado información, otros comentan que les parecía un proceso trucado desde el inicio por el aparato de la calle Nicaragua. La contrincante al candidato oficial ha denunciado irregularidades en el proceso.
Sea como fuere, queda claro que se podría haber hecho muchísimo mejor y hay muchos datos para plantearse por qué ni tan si quiera los afiliados tienen interés en participar (suponiendo que un militante tenga una mayor implicación en política que los ciudadanos no adscritos a un partido).
Para las elecciones europeas en el PSOE no se han preocupado ni por preguntar. Para eso tenemos a la dirección del partido que toma las decisiones por todos nosotros (no vaya a ser que nos pregunten y resulte que la mayoría decidamos algo que ellos no quieran). Elena Valenciano encabezará la lista al Parlamento Europeo. Un buen perfil que sin lugar a dudas tiene experiencia, habla idiomas y conoce perfectamente el terreno. Habría sido un buen momento para hacer una consulta a los militantes (y por qué no a los simpatizantes) y así seguramente no habría sido tan criticada ni puesta en duda su valía. Es momento de poner en práctica el decálogo que desde Foro Ético se ha preparado para elegir a un buen eurodiputad@
Puestos a pedir, habría sido muy enriquecedor plantear opciones alternativas: hacernos partícipes de un debate sobre Europa que nos permitiese conocer distintos proyectos, diferentes perspectivas. Involucrarnos en una decisión que se supone ha de representar al partido socialista en su conjunto. Una vez más, se pierde la ocasión de que el PSOE lo conformemos entre todas y todos. Se pierde el momento de hacer patente que creemos en la igualdad de oportunidades en nuestra propia casa.
Que la política deba adaptarse a la era digital hace referencia a las nuevas tecnologías y no a las decisiones a dedo. Para defender un proyecto común debemos hacerlo entre todos.
Cada día cuesta más trabajo dar la cara por un partido que da la espalda a sus militantes.
Sin embargo, como decía Sabina, nos sobran los motivos. A pesar de las frustraciones de la política del politiqueo, la necesidad de una regeneración democrática pasa porque algunos tengan que decir lo que muchos piensan y no se atreven (eso es precisamente la lealtad frente al servilismo).
Es necesario reactivar la maquinaria para hacer frente a lo que nos ha caído encima: una reforma laboral que no ha conseguido crear empleo (de hecho lo ha destruido, ha empeorado las condiciones laborales disminuyendo la estabilidad de los trabajadores y la calidad de su trabajo); una propuesta de modificación de la ley del aborto sobre la mesa (haciéndonos retroceder décadas y degradando a las mujeres); el destrozo de la educación pública; los intentos por acabar con la sanidad de tod@s; la impunidad contínua ante la corrupción; la tensión generada a nivel territorial; las barbaridades que se cometen contra personas que vienen de otros países y son tratadas sin humanidad; la criminalización de las protestas; la desprotección de la ciudadanía ante las leyes protectoras de la banca…
Estas son las razones por las que hay que luchar unidos. Y son los motivos que algunos tenemos para la militancia activa y no callarnos ante cualquier tipo de atropello (donde quiera que se dé).
Beatriz Talegón es secretaria general de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas
@BeatrizTalegon
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