El mundo desde un ático de 500 m2
¿Cómo creen ustedes que se ven sus problemas cotidianos desde un ático de 500 m2, con piscina particular, en Marbella? ¿O con qué sensibilidad se pueden afrontar los problemas que tienen cada mes millones de españoles para pagar la hipoteca o el alquiler, cuando se tienen 22 millones de euros en cuentas en el extranjero? Cuando se alcanza semejante distancia de la ciudadanía, gobernar es un acto de imprudencia temeraria.
Ya ni tan siquiera se trata de hacer las cosas con buena o con mala fe, de lo que se trata es de que viven en mundos paralelos, que sólo se cruzan con los nuestros los días previos a las elecciones, cuando van a visitar mercados y a besar sorprendidos niños. A esa distancia, las palabras, aún hablando el mismo idioma, tienen significados muy diferentes. Urgencias, por ejemplo, para usted es el servicio médico de la Seguridad Social al que necesita acudir cuando tiene una enfermedad repentina. Sin embargo, para el señor Bárcenas, para el señor González o para la señora Cospedal (no sigo con la lista que me quedo sin columna), una urgencia puede ser que el todoterreno que normalmente utilizan para ir a esquiar, esté ese fin de semana estropeado, y tengan que tirar de sedán y de cadenas.
No llegar a fin de mes, para usted quiere decir que tendrá que comer los últimos días de los restos que quedan en la nevera, o que tendrá que ir a casa de sus padres a pedirles unas decenas de euros para comprar el pan, o que deberá dejar de coger el transporte público y caminar para ir al trabajo, si tiene la suerte de que aún lo conserva. Para ellos, a quienes usted les dio el voto para que resolvieran los problemas del país, tener dificultades puede ser que el sobre de dinero negro que el señor Bárcenas les entregaba religiosamente, en vez de 15.000 euros sólo tuviera ese mes 5.000, por problemas de tesorería.
Para usted, la justicia es algo lejano, a la que sólo piensa en acudir si sus derechos como trabajador o ciudadano se ven afectados. Ahora, además de tener la razón, tendrá que pagar para que simplemente le escuchen. Para ellos, la justicia es una herramienta de trabajo, que utilizan cotidianamente en su propio beneficio. ¿Tiene unos millones que hay que regularizar para que el fraude no sea demasiado escandaloso? Pues para eso están la justicia y los amigos, se aprueba una ley de amnistía fiscal (con otro nombre menos evidente, por supuesto) y arreglado.
Por supuesto, que aunque viven una vida que nada tiene que ver con la suya, no han perdido el instinto que hace que algunos de ustedes todavía crean en ellos. Y quien mejor lo conserva, pese a ser de las que más alejadas viven de sus miserables vidas, es Esperanza Aguirre. Sólo ha necesitado unas horas para salir en todos los medios, con las manos sobre su cabellera de peluquería diaria, para pedir responsabilidades a sus compañeros de partido (sigue siendo la presidenta del PP en Madrid), sobre el escándalo Bárcenas. Curioso resulta que el diario que destapa el pago de sobresueldos en dinero negro, del ex tesorero vitalicio del partido, sea también quien más importancia dé a la reacción populista de Esperanza. ¿A ver si va a resultar que en el PP además de corruptos hay traidores que preparan un golpe contra Rajoy?
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