Blogia
Izquierda Socialista de Valladolid en la defensa de los Servicios Públicos

LIBIA

La Justicia o la Injusticia de la guerra viene siendo una cuestión objeto de debate cuando el ruido de las armas prevalece sobre la razón y la resolución pacífica de los conflictos. Tratado el asunto por Francisco de Vitoria o por el humanista Luis Vives, defensor este último de un pacifismo humanitario entre bautizados, debemos destacar que el emplazamiento de la arbitrariedad por la Justicia debe ser la vía que nos lleve a un posicionamiento uniforme y coherente con los valores de representación occidentales, evitando así cualquier contradicción que lleve a los Estados democráticos a mantener relaciones de connivencia y conveniencia con otros autoritarios,así como el diferente trato que se otorga a unos u otros en función de los intereses concurrentes,y siempre sin perjuicio de la irracionalidad de toda intervención armada como máxima expresión del fracaso de la diplomacia y de la resolución pacífica de los conflictos.
 

De todas maneras, los partidarios del NO A LA GUERRA hubieran defendido una deseada intervención militar en España de Gran Bretaña o Francia en defensa de la República Española, pero a pesar del relativo desconocimiento sobre los pilares ideológicos de los rebeldes libios, el apoyo cívico que debe darse a estos movimientos es fundamental si ello supone únicamente la consecución de la democrácia y la constitución del poder soberano del pueblo en aquellos estados que no han podido disfrutar de las virtudes de esta, léase igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, reconocimiento jurídico de los Derechos Humanos frente a la arbitrariedad del poder político, separación de poderes o sufragio universal, libertad de expresión o pluralismo político.

 

En este sentido, podemos caer en el agravio comparativo con la Europa revolucionaria de 1879, 1830 o 1848,pero el triunfo y la consolidación de los movimientos democráticos en Túnez o Egipto deben ser el reflejo de un despertar de los pueblos oprimidos, y todo ello sin un Napoleón exportador de los ideales ilustrados,pero es evidente que la situación de Libia no tiene comparación con Irak en 2003, y que quizá la inicial y benévola idea de protección de la población civil Libia vaya acompañada de una intención de cobertura militar al ejercito rebelde para evitar el avance de las tropas oficiales hacia Bengasi, es decir, las diferencias con Irak no solo están en la cobertura de las Naciones Unidas, sino en el hecho de que tropas extranjeras no tomarán el país norteafricano ni su capital,salvando así los errores de Irak,y todo sin perjuicio de intereses energéticos en la región.El tiempo sentenciará sobre el acierto o fracaso de la intervención, pero mientras,Costa de Marfil se une a los paises en conflicto armado.Una Guerra Civil y la consiguiente crisis humanitaria llaman a las puertas del Continente Africano.Esperamos que la población marfileña no caiga en el olvido.
 
José Luis Garrido García

0 comentarios