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Izquierda Socialista de Valladolid en la defensa de los Servicios Públicos

EL PROBLEMA DE LAS PENSIONES

Con todo hay un evidente problema en el sistema de pensiones español, que generalmente suele estar bien expuesto en todos estos trabajos:

 http://www.revecap.com/revista/numeros/e1/pdf/moral_patxot_souto.pdf

 

El problema de la sostenibilidad del sistema español de pensiones tienen un ribete demográfico que es bien fácil de entender, en la actualidad en España hay 31 millones de personas en edad laboral activa, es decir entre 16 y 65 años, y 7,8 millones de personas con más de 65 años, la proporción entre potencialmente activos y población vieja es mas menos de 4 a 1. Lo que equivale a decir que hay 19 millones de trabajadores afiliados a la seguridad social en los distintos regímenes (General, autónomos, pesca, minería, etc...) y se pagan 8 millones de pensiones contributivas pensión contributiva, de las que 5 millones son pensiones de jubilación que se pagan por haber cotizado o contribuido al seguros social al menos durante 15 años según el reglamento vigente (. En definitiva se mantiene la anterior proporción por cada 4 trabajadores afiliados o cotizantes se paga 1 pensión de jubilación. Este es a grandes rasgos nuestro sistema de seguridad social  con los contribuyentes y beneficiarios según la situación demográfica y económica del momento.  Las previsiones demográficas apuntan que para el año 2050 en España residirán 25 millones de personas en edad laboral activa y 15 millones de personas mayores de 65 años, lo que viene a significar que cada contribuyente al seguro social tendrá que cotizar lo suficiente para que el sistema abone el 60% de cada pensión de jubilación. Además, la mejora de las condiciones de vida de la población implica que si por término medio la esperanza de vida de un varón es 80 años y 85 año la de una mujer, si los ocupados se  jubilan como ahora  con una edad media de 63 años,  debido al efecto de la jubilación anticipada y las prejubilaciones,  habrá que pagar a cada jubilado varón una media de 17 años y 23 años  por cada jubilada, y eso si las condiciones sanitarias no conllevan un aumento de la edad de jubilación por encima de esos niveles. En resumidas cuentas que si el gasto en pensiones contributivas ahora representa un porcentaje del 9% del PIB, si no se modifica el sistema, la factura de las pensiones se acercará a un 14% del PIB. Evidentemente, los 100 con razón admiten que el mercado financiero está descontando en forma de prima de riesgo sobre la deuda pública española este problema y de ahí la urgencia de su reforma.

 

sistema de pensiones español y ningún otro a mantenido su” status quo” durante un tiempo prolongado, se en 1985, en  1997,  y siempre debido a las condiciones en que la economía y la sociedad se habían desenvuelto, ya que si con las legislaciones derogadas para cobrar pensión se exigían cinco o diez años de cotización, era sencillamente porque la mayor parte de los trabajadores que se jubilaban entonces habían trabajado la mayor parte de su vida sin cotización alguna porque así se exigieron sus empleadores. Visto entonces el sistema de seguro social desde el punto de vista actuarial, nos encontramos que  en actualidad estamos pagando pensiones de jubilación que tienen una media de 17 y 23 años, ya que las mejoras en la calidad de vida afortunadamente se han hecho extensivas a dichos trabajadores, ahora pensionistas,  que en ocasiones solo han cotizado apenas 15 años por término medio, y con bases vinculadas a los salarios que se pagaban antaño. Obviamente, ahora parte de la pensión que reciben nuestros padres, incluidos los de los 100, se están pagando con las cotizaciones de los trabajadores actuales; en definitiva, nos guste o no, el sistema de pensiones por las circunstancias históricas que ha atravesado este en nuestro país es un sistema de solidaridad entre generaciones de trabajadores, por el cual los  trabajadores actuales están descontando una parte de su salario para hacer frente a las necesidades de jubilación de trabajadores que les toco vivir un sistema de pocas garantías y derechos  sociales, y es un sistema de solidaridad entre trabajadores por el simple hecho que la contribución empresarial  es una parte del salario que por motivos de técnica recaudatoria es ingresado por las empresas y no por los trabajadores, al igual que el IVA es ingresado por las empresas en vez de por los consumidores, en definitiva subir las cotizaciones para cubrir las pensiones futuras lo que equivale es a subir los salarios, lo cual indudablemente constituye un coste para las empresas a la vez que una transferencia de renta desde los beneficios empresariales a las rentas salariales. Es importante tener presente esta vinculación del sistema de seguridad social con el trabajo y a los aspectos redistributivos, ya que las rentas de capital no contribuyen en teoría a la sostenibilidad del sistema.

 

Es un hecho que en los últimos tiempos, el crecimiento económico ha favorecido a las rentas de capital frente a las salariales y algunos desean que esta sea la pauta del crecimiento futuro,  y con esta pauta de crecimiento el seguro social minora su sostenibilidad cualquiera que sea la evolución demográfica. La sostenibilidad del sistema, dado que su naturaleza está intrínsecamente vinculado a la distribución de las renta, dependerá entonces de la distribución de las nuevas rentas que se generen en el futuro, ya que una mejora de la distribución de la renta a favor del trabajo va a añadir  recursos al sistema del seguro social, aunque no se modifique las cotizaciones actuales,  por el simple hecho de que el 20% de la mejora de las rentas de los asalariados va a acabar en las arcas de la seguridad social. La distribución del PIB entre rentas salariales, remuneraciones de asalariados (RA), en donde están incluidas todas las cotizaciones del seguro social, y el excedente bruto de explotación (EBE) que es con lo que se retribuyen las rentas de capital,  bien se distribuyan a través de dividendos ó no (el EBE incluye también la participación del estado en las rentas de capital a través del impuesto de sociedades),  ha variado a lo largo del tiempo, favoreciendo como ya se ha dicho a estas últimas. En los año 1976 las rentas de trabajo representaban el 58% del PIB ahora significan el 50%. Cabría pensar también en restituir la distribución del PIB a estos niveles, más adelante veremos como este objetivo contribuye también de manera efectiva a la sostenibilidad del sistema.

 

Voy a presenta un  marco macroeconomía muy simple que incluye como condiciones de partida unos supuestos los más próximos a la realidad actual, que son las condiciones demográfica que se explicitan en el documento de los 100, es decir pasar en 40 años de una proporción de 4 personas en edad de trabajar a una proporción de 1,65. Para ello no hay que hacer otra cosa que utilizar las proyecciones  de población a medio plazo y a largo plazo del INE:

Tabla nº 1.- Población actual y proyecciones a medio y largo plazo del INE.

Las condiciones económicas de partida son las de la contabilidad nacional de España de 2008 en lo relativo a PIB y su distribución entre asalariados (RA) y empresas (EBE). Las cifras del seguro social, cotizaciones y prestaciones proceden de las cuentas integradas de protección social en términos SEEPROS que elabora el ministerio de trabajo y seguridad social, para poder las proyecciones hacia el futuro diferenciamos las prestaciones de la función vejez del resto de las prestaciones (enfermedad, invalidez, familia e hijos, etc…) ya que cada una lógicamente va a responder a una dinámica demográfica distinta, las primeras según las proyecciones sobre la población mayore de 65 años, las segundas según las proyecciones de población total . Los datos utilizados se pueden descargar en el INE  y en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en las siguientes direcciones web:


http://www.ine.es/jaxi/menu.do?type=pcaxis&path=/t35/p008&file=inebase&L=0

http://www.mtin.es/estadisticas/ANUARIO2009/index.htm

 

 

Tabla nº2 Escenarios macroeconómicos tendenciales.

Explicaré los supuestos incluidos en la tabla, en la columna del 2008 aparecen los datos publicados en la CNE y en las SEEPROS, también se han incluido otros datos como son los impuestos a la producción que son los vinculados al proceso productivo de las empresas y el impuesto de sociedades, que grava  las rentas empresariales. Como se puede observar la proyección es bien simple, se considera que el PIB per cápita va a ser el mismo, que la distribución del PIB entre asalariados y excedentes empresariales es la misma, y consecuentemente también  se va a mantener la proporción sobre el PIB de los impuestos que gravan la producción. En política social se mantiene la tasa que las cotizaciones sociales representan sobre la Remuneración de los asalariados, y la prestación de vejez media que recibe cada residente mayor de 65 años  y el resto de las prestaciones del seguro social que recibe cada ciudadano. En el horizonte del 2049 ocurre lo que todos nos anuncian que las prestaciones del seguro social pasaran de representar el 9% del PIB que ahora significa a representar el 14% del PIB, que todos pronostican. Este escenario es en el que se basa manifiesto de los 100,  para encarar la reforma del sistema del seguro social. La tabla muestra además que los verdaderos problemas se empezaran a sentir en el 2020. Si bien hay que hacer notar que el escenario del 2049 requiere de un aumento de la productividad laboral, por la sencilla razón de que la población en edad laboral y por tanto la ocupada con una tasa de empleo del 0,6 se reduce en aproximadamente 4,5 millones de personas. En términos acumulativos anuales significa reducir la población ocupada en un 0,65% anual, y aumentar la productividad en un 0,78%. En otras palabras, hay que tener presente que el escenario base o tendencial incorpora crecimientos de productividad laboral latentes cercanos al 1% acumulativo anual, que deberían de aflorar con los niveles de inversión actuales.

 

Ahora vamos a presentar las alternativas:

-          Retrasar la edad de jubilación hasta los 67 años

-          Aumentar la tasa de empleo del 0,6 al 0,7 como se señala en el informe de los 100

-          Aumentar la productividad a un ritmo del 1% interanual

-          Cambiar la distribución de la renta favoreciendo que el 58% del PIB vaya a las rentas salariales.

Tabla nº3. Efectos macroeconómicos de las diferentes medidas para sostener el sistema de pensiones.

 

Hay que tener presente que el PIB en el escenario de retrasar la edad de jubilación a los 67 años, y el de mejorar el nivel de la distribución de la renta se fija manteniendo el mismo nivel de renta per cápita que aparece en la CNE del 2008. Este supuesto creo que es bastante improbable ya que en un horizonte de tan largo plazo, significaría una importante pérdida de peso en el PIB europeo, es decir un empobrecimiento relativo de nuestro país en el contexto económico europeo e internacional. En suma el crecimiento medio del PIB en este escenario sería de apenas el 0,13% interanual acumulativo. El déficit del sistema sería el consecuente con el de la situación de aquel que ora rogando “virgencita que me quede como estoy”. Los escenarios de productividad al 1% y tasa de empleo al 0,7 incluyen una mejora en los niveles de PIB per cápita, que se cifran en el 0,76% y del 0,18% viceversa, estos crecimientos del PIB per cápita originan a su vez un crecimiento interanual del PIB del 0,35% en el objetivo de aumento de la productividad, y una reducción del PIB del 23% en el aumento de la tasa de empleo, esta aparente contradicción se debe a la reducción de la población en edad laboral es tan intensa en el horizonte del 2049 que a pesar del aumento de la tasa de empleo, la población ocupada acaba siendo menor que la existente en el año 2008.

 

Lo paradójico de estos tres objetivos aislados es que el que más potencia tiene a la hora de reducir el déficit del seguro social es el de la distribución de la renta, como se aprecia en la tabla, lo situaría en el 2,36% del PIB; retrasar la edad de jubilación es menos efectivo, ya que sitúa el déficit en el 2,98% del PIB, aumentar la productividad lo deja en el 3,28% del PIB, y el aumentar la tasa de empleo al 0,7 no produce apenas efectos, de hecho incluso empeora el escenario base, por una cuestión de sentido común, en el 2049 es tan grande la reducción de la población en edad de trabajar que no solo absorberá la población en paro, sino que además será necesario la incorporación de nuevos trabajadores procedentes de la emigración, hecho este que no parece estar suficientemente contemplado en las previsiones de población que se están realizando. Imaginen ustedes la cantidad de trabajadores que se van a precisar para atender las necesidades de una población vieja que dobla los niveles actuales.

 

Es evidente que no se va a alcanzar el objetivo de sostenibilidad del sistema con un solo objetivo macroeconómico, y probablemente habrán de considerarse más de un objetivo, se han simulado:

-          Política distributiva, aumento de la tasa de empleo y aumento de la edad de jubilación

-          Política distributiva, aumento de la productividad y aumento  de la tasa de empleo

-          Aumento de la productividad, aumento de la edad de jubilación y aumento de la tasa de empleo

Tabla nº 4. Efectos macroeconómicos de las combinaciones de medidas para sostener el sistema de pensiones.

Como pueden ustedes comprobar con la única combinación de objetivos con el que se ha conseguido un reducción del déficit es con la secuencia de política distributiva, productividad y aumento de la tasa de empleo. Por si ustedes ojean otro tipo de informes la política distributiva que aquí se plantea  lo que hace es modificar la relación salarios/pensiones que pasaría de una proporción  en el año inicial de 3,74 a 5,66 en los escenario del 2049. En este sentido lo que se plantearía es  una propuesta de solidaridad intergeneracional desde los activos actuales,  jubilados del futuro, frente a las generaciones activas que tienen que cargar con su retiro, es permitir que los salarios crezcan muy por encima de lo que lo vayan a hacer las pensiones en el futuro. En otras palabras para hacer que el sistema de bienestar social funcione tenemos que proporcionar más y mejores empleos (o al menos mejor retribuidos) a nuestros hijos y conformarnos con el nivel de las pensiones actuales. También hay otras medidas sobre las cotizaciones que pueden reducir el desequilibrio futuro les apunto algunas de ellas: aumentar los tipos de cotización para los empresarios que utilicen contratos temporales, eliminar los topes máximos de cotización, para que todo el mundo cotice por el total de sus ingresos; incluir en el Régimen General de la Seguridad Social a todas las empleadas del hogar y a los becarios.  Pero todas, como todas tienen el mismo correlato: una transferencia de rentas desde las empresas a los trabajadores, por ello los 100 ni las consideran.

 

En el anexo 1 les dejo las tasas de crecimiento que he calculado.

 

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