Enmienda presentada por Izquierda Socialista de Valldolid a la Ponencia Marco Regional 2008-salud
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La sanidad pública como principio
La salud es esencial para disfrutar de una vida digna. Pero el derecho a la protección de la salud también es un ámbito donde las diferencias sociales y económicas pueden tener un impacto más dramático e injusto. Por tanto, las políticas de salud pública son un instrumento de primer orden para garantizar la cohesión social y el bienestar de los ciudadanos.
No podemos olvidar que la eficacia de los sistemas sanitarios públicos requiere compaginar la atención a la totalidad de la población con altos niveles de calidad, propiciando así la asistencia de todas las capacidades técnicas y profesionales, y la atención a las necesidades sociales y productivas. El sistema sanitario ha de atender a toda la población y prestar atención diferenciada.
Financiación Pública
Con la llegada al poder del PP a nivel nacional, supone el inicio de un retroceso en los logros conseguidos y que culmina con las transferencias a la Junta de Castilla y León CON GRAN ESCASED de recursos económicos. Sin financiación y sin efecto, las medidas previstas por la misma, llevan el proyecto al fracaso, para pretender finalmente sustituirlo por una ley trasnochada que cubría las expectativas de salud del sector más privilegiado socialmente, relegando al resto de los pacientes a opciones marginales. Así, el sector de pacientes con menores expectativas, lejos de recibir la ayuda adecuada para incrementar el éxito de las mismas, se veían abocados a una vía de desesperación pasando a las listas de espera.
En este retroceso sanitario histórico, las políticas desarrolladas por el Gobierno de la Junta de Castilla y León han sido todo un ejemplo. Si se analiza el estado actual de la sanidad castellana y leonesa, tanto si se la compara con una situación anterior como si se hace con las regiones del entorno, nos encontramos con una realidad progresivamente desigual y empobrecida. No se han abandonado los programas de atención a la diversidad pero sobreviven de modo simbólico, no se ha abordado el reto de la población inmigrante o se ha hecho de modo únicamente testimonial y propagandístico. El abandono en que se encuentran las personas adultas es otra muestra de la ineficacia y el desinterés de la Junta de Castilla y León por la atención sanitaria a la generalidad de la población.
La concepción que el Gobierno de la Junta de Castilla y León tiene de los centros de salud como nivel meramente asistencial y no sanitario, está en el origen de todos los problemas acumulados en esta etapa. El sistema sanitario de Castilla y león padece todos los males propios de la falta de financiación, con la consiguiente escasez de recursos que los mantiene anticuados y les imposibilita la incorporación a la dinámica que los tiempos imponen, impidiéndoles ser instrumento de prestación de servicios sanitarios a la sociedad, utilizando las nuevas tecnologías, por carecer de los recursos personales y tecnológicos precisos. Faltan ideas desde la administración sanitaria y se ahogan las que surgen desde los profesionales, así la sanidad regional se ve avocada a un funcionamiento rutinario. Sólo la alta conciencia profesional de algunos de los profesionales de la sanidad, mantiene unos niveles de rendimiento mínimanmente aceptables.
Descentralización sanitaria
Desde la asunción de las transferencias sanitarias la Junta de Castilla y Leona puesto en marcha una política de máxima centralización (Gerencia Regional de Salud) y privatización con derivaciones de pacientes a centros privados, en contra de la política anterior (INSALUD).
Por una Sanidad Pública Participativa
La lejanía entre la administración y los ciudadanos no puede ser mayor: los consejos de salud, provinciales y comarcales son meros apéndices decorativos carentes de sentido por falta de interés del Gobierno de la Junta de Castilla y León. Esta imposibilidad para participar en la gestión de la sanidad se extiende a las organizaciones sociales: sindicatos, asociaciones de pacientes, de consumidores y cualesquiera otras que se quieran considerar. Todas ellas ven obstaculizada su actuación de modo gravísimo a niveles comunitarios y absolutamente anulados a niveles provinciales y comarcales o a nivel regional.
Tal vez lo más escandaloso de la política sanitaria de la Junta de Castilla y León, en estos años sea la falta de iniciativa pública sanitaria en nuestra comunidad lo que conlleva automáticamente al aumento de los servicios privados. Esta persistente actitud favorecedora de las empresas privadas de la sanidad, rompe el equilibrio entre red pública y privada, a favor de la privada a través de contratos por derivaciones de pacientes en más de cien especialidades y a más de veintitrés empresas. La política seguida ha supuesto la creación de servicios en lugares que obligando a los pacientes a incómodos desplazamientos y gastos familiares elevados, así como la apertura de unidades (unidad de quemados en el Nuevo Hospital Río Hortega), mientras se han olvidado de otras imprescindibles como la unidad integral del tratamiento del cáncer o la unidad de cirugía pediátrica para el Nuevo Hospital Río Hortega.
A todo ello hay que añadir la permisividad con las empresas privadas sobre las que no se ejerce un control de sus recursos ni de sus obligaciones como entes prestadores de servicio público sanitario. Como consecuencia, estas empresas realizan una selección más o menos encubierta del paciente, aceptando sistemáticamente a todos aquellos que se ajustan al perfil beneficioso y los demás, a los centros de sanidad públicos. Al mismo tiempo la Consejería de Sanidad no escatima en planes, proyectos, estudios, es decir todo aquello que le permite tener un titular en la prensa regional y aparentar que se está en ello, pero la realidad de la sanidad provincial es la que es.
Sostenibilidad
Además de las peculiaridades que se producen en nuestro caso, el sistema sanitario de Castilla y León se enfrenta a unos retos comunes con los que ya se están planteando en otras regiones o en otros países desarrollados. Son fenómenos que inciden notablemente sobre su sostenibilidad y sus efectos no se harán esperar.
En primer lugar, la aparición continua de avances tecnológicos presenta importantes retos, no sólo desde el punto de vista estrictamente financiero, sino por la dificultad de aplicar criterios de eficacia y eficiencia a las decisiones de incorporación de esos avances. En ausencia de estos criterios, el sistema tenderá a entrar en una espiral de la tecnología por la tecnología que hará inviable su financiación, según se reconoce en varios estudios relacionados con el tema.
A estos factores hay que sumar la propia sofisticación de la demanda de servicios sanitarios, impulsada por una sociedad más exigente en salud cuanto más se desarrolla y por una mejora generalizada de las fuentes de información a que tienen acceso los pacientes.
Todo ello, junto con las consecuencias de tener una población cada vez más envejecida, origina dificultades para un sistema sanitario que no podrá seguir siendo sostenible en su configuración y gestión actual.
Debe señalarse no obstante que no se trata de minimizar el coste total de la sanidad, sino de asegurar la sostenibilidad y la calidad del sistema. La situación del sistema sanitario castellano y leones no es una situación única. De hecho, muchos países desarrollados han emprendido procesos de reforma que tratan de afrontar con éxito los retos que los fenómenos descritos, reales o potenciales, ya están planteando. Y teniendo en cuenta la complejidad de la situación la receta para tratarla es asimismo, compleja.
Eficiencia Sanitaria
§ Pueden llevarse a cabo medidas que incrementen la eficiencia del sistema aplicando para ello diversos avances tecnológicos, introduciendo instrumentos que mejoren la gestión o promoviendo una mayor coordinación entre las administraciones públicas involucradas.
- La informatización de los sistemas de gestión del historial clínico supone una mejora posible gracias a la tecnología. Con ella podría compartirse la información, mejorar la asistencia y liberar recursos evitando, por ejemplo, la repetición innecesaria de pruebas.
- La telemedicina es otro de los instrumentos que permiten reducir costes y mejorar servicios sanitarios, puesto que permite trasladar al domicilio del paciente parte de la atención médica primaria o, incluso, hospitalaria.
- Cabe también introducir mecanismos de competencia que aumenten la libertad de elección de centro y médico de los pacientes, desarrollando simultáneamente indicadores de calidad que les proporcionen la información necesaria para elegir.
- La mayor eficiencia pasa también por aplicar una visión integrada de la atención, desarrollando equipos pluridisciplinares que permitan atender adecuadamente dolencias que pueden tratarse en un entorno socio-sanitario.
- Otro aspecto esencial es la coordinación entre administraciones públicas, lo que posibilitaría aprovechar las economías de escala, mejorar algunos aspectos de calidad y generar información de mayor valor y utilidad.
- Un último elemento de incremento de la eficiencia es la potenciación de la prevención y de la adopción de hábitos saludables, lo que contribuiría a racionalizar el gasto sanitario.
La introducción de estos cambios puede tener una naturaleza gradual, de manera que pueda ir afectando progresivamente al sistema, pero no puede retrasarse, puesto que ello restaría capacidad de maniobra y nos abocaría a soluciones traumáticas. El transcurso del tiempo y la materialización plena de algunos de los retos pondrán de manifiesto si estas reformas parciales son suficientes o si, por el contrario, deberemos diseñar un sistema sustancialmente diferente al que conocemos hoy.
Atención a la diversidad
La característica básica de los sistemas sanitarios modernos es la atención a la totalidad de la población. Conseguida la universalización de la sanidad, se impone dirigir los esfuerzos a lograr altos niveles de calidad en nuestro sistema, recuperando al mismo del descenso presupuestario general de los últimos años y la atonía técnica y administrativa del Gobierno Regional.
El sistema sanitario es universalizado, porque los bienes que proporciona son imprescindibles para cada persona en particular y para la sociedad en general. Los bajos niveles sanitarios, ya sean individuales o colectivos, suponen una carencia de graves consecuencias en tanto que la mayor riqueza de las personas y los colectivos consiste en su nivel sanitario.
Porque la calidad sanitaria no puede ser un reducto de unos pocos, y porque nadie puede estar excluido del derecho a una sanidad de calidad, la Administración Sanitaria Regional está obligada a propiciar todo un conjunto de medidas que compensen las dificultades que encuentran para acceder a la sanidad o adaptarse al ambiente sanitario de algunos pacientes, que suplan las carencias familiares y en su caso, propicien la atención debida a los pacientes con déficit sensoriales motóricos o mentales para propiciar un sistema de integración social. Un sistema de calidad no es aquel en que unos reciben un servicio de excelencia no generalizado sino aquel en que los pacientes con más problemas encuentran solución a sus necesidades y llegan a tener una calidad de vida aceptable.
Servicios complementarios
Consideramos servicios complementarios aquellos que completan la atención integral abordando acciones que mejoran la calidad de vida como:
· Actividades de apoyo. Actividades que ayudan a la conciliación de la vida familiar y laboral (transporte de pacientes, centros de día, centros de noche, residencias de mayores, etc.).
· Actividades que complementen la vida en el entorno rural (culturales, de ocio, etc.).
· Servicios auxiliares que ayuden a la implementación sanitaria.
Estos servicios son necesarios con una programación diferente y adecuada a los diferentes medios geográficos, sociales, etc.
Desde que la Junta de Castilla Y León es responsable de las competencias sanitarias, de hecho ha modificado algunos servicios (transporte de enfermos, residencia de mayores, hospitales, etc.), haciéndolo siempre con criterios exclusivamente de funcionamiento mercantil, desentendiendo la consecución de objetivos sanitarios y criterios de calidad de los propios servicios. No ha aportado suficientes recursos delegando su desarrollo en concesiones de empresas privadas realizadas a la oferta más barata o interesada. La Junta de Castilla y León ha olvidado tanto los objetivos de calidad como la vigilancia de la buena gestión. No ha coordinado los servicios con los centros de salud. No ha contemplado objetivos de compensación de desigualdades ni de mejora sanitaria.
La Consejería de Sanidad deberá elaborar un protocolo de actuación mínima para la conservación, vigilancia y uso de las instalaciones sanitarias y complementarias, y mantenimiento de los equipos sanitarios y no sanitarios utilizados en los mismos.
Contaminación electromagnética.
Consideramos que es necesaria una reforma de la Ley General de Telecomunicaciones que defiendan espacios saludables para todos los ciudadanos, que haga compatible salud y progreso, que como base tome la aplicación efectiva del principio de precaución en cualquier caso. Asimismo, el PSOE debe construir los puentes necesarios para la creación de una comisión inter-departamental (Ministerio o Consejería de Sanidad, Medio Ambiente e Industria) con participación de los agentes sociales, que coordinen el despliegue de nuevas redes o las ya existentes, con criterios de salud pública y medio ambiental, y la creación de una unidad de inspección para realice estudios de la ubicación de las estaciones base y de las antenas de telefonía móvil a nivel provincial y un informe de de las ya existentes.
En definitiva, prevención, control, estudios epidemiológicos, y aplicación de la legislación más favorables a nivel europeo, involucrando a las empresas propietarias de las antenas de telefonía móvil.
Cuidados Paliativos
En la actualidad contamos con escasas unidades a domicilio en las capitales de provincias, en los hospitales Públicos, y ninguna en el medio rural.
El Partido Socialista de Castilla y León se ha marcado como objetivo mejorar la calidad de vida y el bienestar de todos los ciudadanos, debe marcarse como mínimo el objetivo de que existan Cuidados Paliativos Públicos de forma generalizada para hacer frente a la demanda de sus ciudadanos. Como mínimo debe haber un equipo domiciliario por cada 100.000 habitantes y entre 80/100 camas por cada millón.
El futuro
Frente a este estado de cosas, conviene recordar que la sanidad en esta región fue en un tiempo aún reciente, prestadora de servicios sanitarios públicos y en ocasiones puntera y que la inercia actual puede y debe romperse. Los ciudadanos de Castilla y León se merecen unos servicios sanitarios diferentes a los que tienen actualmente, al menos iguales a los que tienen las comunidades circundantes. Otro modo de hacer las cosas es posible y en este momento ya imprescindible. El Partido Socialista de Castilla y León ha elaborado un plan de medidas urgentes como alternativa a las prácticas actuales que no son ni pertinentes ni eficaces y por tanto carecen de toda calidad. Estas medidas se han elaborado previa consulta con sectores sociales (representantes en los consejos de salud, asociaciones de consumidores, asociaciones de pacientes, organizaciones sindicales, asociaciones de vecinos, etc.) implicados en la sanidad con quienes quiere seguir trabajando en la elaboración de un programa completo que suponga una alternativa de política sanitaria participativa. El Partido Socialista de Castilla y León se compromete a llevar a cabo todas estas medidas, en su próximo Gobierno Regional.
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