LA NECESIDAD DE UN NUEVO RELATO. PARA CONCLUIR
A la modélica transición española se le están saltando las costuras del traje en cuanto ha intentado ir un poco más allá. Por eso es tan importante captar si estamos ante un paréntesis para lograr que las cosas vuelvan a su cauce o si nos encontramos ante el inicio de un nuevo sendero, de una segunda transición. Si estamos ante lo primero es evidente que una derrota futura del gobierno de Zapatero provocará que los futuros presidentes no quieran remover la memoria, ni lanzarse a nuevas lecturas de la nación, ni a propuestas ambiciosas sobre como entender nuestro política exterior. Se habla mucho de que todo presidente mirará con especial cuidado cualquier futuras negociación con ETA. Es cierto, todos serán muy prudentes pero los tres elementos que ponen en cuestión algunos de los fundamentos de la transición también serán ponderados.
Una transición que creó una democracia donde so capa de la reconciliación nunca llegaba la hora en que los vencidos pudieran sanar sus heridas; una transición donde el eterno problema catalán refleja que el nacionalismo español no ha muerto y sigue ahí y donde cualquier gesto de rebeldía ante la hegemonía norteamericana se paga caro. No cabe duda de los logros de la transición: la estabilidad institucional, la inserción en Europa, la consolidación de la democracia están ahí. Pero en cuanto se ha intentado recuperar la memoria republicana, abrir el camino del federalismo e iniciar la senda de un europeísmo crítico las dificultades se han amontonado y se intenta por todos los medios que no hay una segunda transición. Los nuevos problemas han reflejado la necesidad de evaluar con rigor las luces y las sombras del proceso de transición treinta años después. Las próximas elecciones dirán si todo ha sido un paréntesis o si estamos intentando iniciar una nueva etapa.
*Publicado en la Revista EXODO, num. 89 (mayo-junio 2.007).
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