La luz al final del túnel
Que ha dicho Rajoy que ya se ve la luz al final del túnel. Lo malo es que solo saldrán la máquina y los vagones de Preferente. Porque los más económicos han quedado descolgados y detenidos en mitad del túnel. En los tres vagones dejados a oscuras, en uno de ellos van los votantes apestados del PSOE, en otro los de IU y pequeños partidos aún más a la izquierda, y en el tercero se apiñan abstencionistas, anarquistas y ácratas de pura cepa. Pero los de Primera que salgan no podrán avanzar mucho sin ellos, sin mano de obra, sin sus equipajes que iban en el furgón de cola. Eso si salen y no les explota antes la bomba del voto. Porque aún queda trecho para la salida, y cuando salgan pueden salir despedidos urna y terraplén abajo.
Entretanto las ruedas del convoy crujen, como bien demostraron los barrenderos y jardineros de Madrid ganando su huelga por goleada o con los autos judiciales que siembran temo en las otras Comunidades Autónomas y no se atreven a privatizar hospitales. El camino de la salida está lleno de piedras, entre escombros de tanto ERE que ciegan la luz, por chulo y confiado que se muestre el maquinista Rajoy. No está todo dicho, si los viajeros de clase económica entran en razón. Le da al manómetro para avalar la reforma educativa del viajero Wert, pone a tope la velocidad del AVE del PP, pero se puede encontrar con que al llegar a la estación de destino, ELECCIONES City se llama, no haya banda de música ni vecinos para recibirles y aclamarles. Se les acaba el combustible y los corren a gorrazos a través del páramo en que ha dejado convertida España. Sí, es un sueño, un torpe y onírico deseo, pero quién sabe, vamos a ver. Esa nueva luz no sería de pago y estafa. Puede que los componentes de las Nuevas Generaciones del PP, ante quienes Rajoy afirmó semejante tópico en un alarde de originalidad, sean bobos e interesadamente crédulos. Pero el resto de españoles, no; tienen muy mala leche y por vengarse de Rajoy son capaces de ir a votar, cuando toque, y mientras tanto coordinarse y hacerle la puñeta todo lo que puedan. Pero no son bobos ni crédulos ni tuercebotas como ellos, son ciudadanos dignos. Y a veces se producen milagros en la oscuridad de los túneles.
Los ocupantes de los tres vagones detenidos permanecen incomunicados entre ellos, las puertas de salida están bloqueadas con la silicona de la soberbia, y empieza a faltarles el oxígeno. Es necesario romper las ventanillas de seguridad y salir de ese tren-trampa, de ese cautiverio, y correr hacia la estación UNIDAD, previa parada en el apeadero LUCHA-TOKA. De lo contrario serán ellos quienes rueden por los terraplenes de la pobreza, la humillación y la explotación.
Los ocupantes de los tres vagones detenidos permanecen incomunicados entre ellos, las puertas de salida están bloqueadas con la silicona de la soberbia, y empieza a faltarles el oxígeno. Es necesario romper las ventanillas de seguridad y salir de ese tren-trampa, de ese cautiverio, y correr hacia la estación UNIDAD, previa parada en el apeadero LUCHA-TOKA. De lo contrario serán ellos quienes rueden por los terraplenes de la pobreza, la humillación y la explotación.
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