20.000 abusos sexuales en el seno de la Iglesia abochornan a Holanda
La Comisión Deetman dice que 800 religiosos cometieron vejaciones desde 1945
ISABEL FERRER - La Haya - 17/12/2011
La Conferencia Episcopal holandesa y la Asociación de Órdenes Religiosas pidieron perdón por "la lacra de los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia católica". "Nunca debió suceder. Padres y niños depositaron su confianza en nosotros y hemos fallado", dijo el arzobispo de Utrecht, Willem Eijk. Eso fue a media tarde. Apenas unas horas antes, Wim Deetman, presidente de la comisión que lleva su nombre, encargada de investigar los abusos, había descrito un panorama desolador. Desde 1945, entre 10.000 y 20.000 menores fueron víctimas de agresiones que oscilaron entre la violación (un millar) y los tocamientos no deseados. Ocurrió en internados, orfelinatos, colegios y seminarios, y los autores fueron unos 800 religiosos adultos. Al menos 105 de ellos siguen vivos.
Las cifras son tan abultadas, e inesperadas, que el propio Deetman, exministro democristiano de Educación, hizo un esfuerzo por situarlas en el conjunto de la sociedad holandesa. "Uno de cada 10 ciudadanos hoy mayor de 40 años -9,7% de la población- fue agredido sexualmente antes de los 18 fuera del contexto familiar. Aunque el riesgo de asalto era dos veces mayor en los internados, la cifra nos ha dejado atónitos", dijo, para luego mostrar su incredulidad. "¿Cómo ha podido suceder algo así?", preguntó, mirando al público que abarrotaba la sala donde presentó el informe.
Eligiendo sus palabras con cuidado, Deetman desmintió algunos mitos en torno al oscurantismo eclesial. "No puede hablarse de ocultamiento deliberado, ni de destrucción en masa de archivos. Hemos tenido carta blanca para consultarlos", dijo. Otra creencia, esta divulgada por la propia Iglesia acerca de su desconocimiento de los abusos, fue igualmente descartada. "Los comunicados dictando normas para evitar estos comportamientos existen desde el principio. Hasta 1950, el asunto figuraba de forma clara en la agenda de la Iglesia. Luego perdió peso. Aunque no hubo un plan para borrar los hechos, lo sabían. Los trapos sucios se lavaron en silencio", añadió. El resultado fue el abandono de las víctimas en favor de sus agresores, y la búsqueda de soluciones a la desviación sexual. "Entre ellas, una cura para la pederastia".
La influencia del celibato en los abusos, esgrimida a favor y en contra en la propia sociedad, fue la duda que Deetman trató de despejar con mayor cuidado. Junto con sus colaboradores, el informe, de 1.200 páginas, llega a una conclusión que revela el estado de ánimo de los religiosos holandeses hace seis décadas. "No está científicamente demostrado que ser célibe por obligación fomente los abusos. Pero muchos de los sacerdotes y hermanos de congregaciones a cargo de menores pensaron, en 1950 y 1960, que sería abolido enseguida. Cumplirlo de por vida les puso en una situación delicada a la hora de frenar su conducta. Y sí, hemos visto casos de clara necesidad sexual".
Cuando todos los detalles fueron aireados, y fijada en 2.000 la cifra de denuncias recibida, llegó la hora de la jerarquía religiosa. "Rechazamos cualquier tipo de abuso sexual porque contradice la dignidad de la persona y el mensaje evangélico. Estas prácticas no caben en nuestra Iglesia. Es un capítulo negro de la historia de nuestra vida religiosa", señala el comunicado de la Conferencia Episcopal. El arzobispo Eijk aseguró que los "prelados que conocieron en su día los abusos deben renunciar". Las indemnizaciones para las víctimas, añadió, llegarán "dentro de seis semanas". El monto oscila entre 5.000 y 100.000 euros, en función de la gravedad de los hechos.
Las asociaciones de afectados también están asombrados por las cifras. "El rostro de la Iglesia católica del pasado no da ánimos para pensar en un futuro mejor. Deben compensar", dijo Guido Klabbers, encargado de Klokk, portavoz de las asociaciones.
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