EE UU se alza contra la violencia política
La matanza de Tucson, que sorprendió al país en medio de un profundo cambio de rumbo político, ha sido interpretada mayoritariamente como un recordatorio de la necesidad de recuperar un clima de civismo en la actividad partidista y de poner límites en la disputa de las ideas. La mayoría de los compañeros de la congresista demócrata Gabrielle Giffords, que sigue luchando contra la muerte en un hospital del sur de Arizona, han coincidido en que la mejor manera de rendirle homenaje es aplacar el ardor del debate -atizado por el Tea Party, el ala más conservadora del Partido Republicano- que se mantiene desde poco después de que Barack Obama fuera elegido presidente.
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El Tea Party, detrás del atentado político contra la demócrata Giffords
C. GUZMÁN
Todo apunta a que el atentado sufrido este sábado por la congresista de Arizona Gabrielle Giffords tuvo un móvil político generado por el ambiente de violencia alimentado por la extrema derecha en Estados Unidos. En las elecciones legislativas de noviembre pasado, Giffords ganó por un estrecho margen al candidato apoyado por el movimiento Tea Party. El padre de la congresista, Spencer Giffords, respondió ayer a la pregunta de si su hija tenía enemigos con la afirmación: "El Tea Party al completo". Lo cierto es que el nombre de Giffords aparecía en el sitio web de Sarah Palin, SarahPAC.com, como uno de los 20 objetivos a desbancar en los pasados comicios. "¡Recuperemos los 20, juntos!", decía un anuncio de la líder ultraconservadora que acompañaba con una iconografía y mirillas de escopeta sobre un mapa del país, con el texto: "Hemos diagnosticado el problema, ayúdanos a prescribir la solución".
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