A Claudio López Serrano, ejemplo de ciudadanía

Martes 15 de septiembre de 2009

 

Conocí a Claudio en su pueblo, Aldeanueva del Camino, hace algo más de dos años. Ahora, tras su todavía reciente ausencia física, me embargan dos sensaciones en apariencia contradictorias. Por un lado, me parece que hace más tiempo que tuvimos nuestro primer encuentro en el huerto de su casa, presentados por Jesús Alonso, para conversar sobre la Memoria Histórica de los pueblos del Valle del Ambroz. Pero, por otro, siento que se ha ido demasiado pronto, que nos quedaba aún mucho por hablar. O, mejor dicho, que me quedaba aún mucho por escuchar.

 

Tal vez sea Claudio la persona menós "común" que he conocido. Era la enérgica delgadez, la serena inquietud, la pacífica valentía, la quijotesca cordura,... Claudio era un hombre sabio, curioso, activo, comprensivo, trabajador, bueno y honesto. Fue, asimismo, un educador vocacional y un animal socio-político, un luchador cívico generoso, tolerante y solidario.

 

 

Ahora que se nos ha marchado, yo guardaré de Claudio el recuerdo de un hombre republicano, socialista, humanista, comprometido, coherente y, creo, agnóstico. Y todo ello sin fisuras ni concesiones a la galería, tan alejado siempre como pueda imaginarse de la soberbia y la pedantería.

 

 

 

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