Decenas de facturas confirman el escandaloso sobreprecio que Sacyl pagaba a los hospitales privados que gestionaba Tobal
Fuente: DIARIO DE VALLADOLID, DOMINGO 11 DE NOVIEMBRE DE 2007
Los `abonos' de la suministradora de material protésico Ortomedimatec a Sanitaria de Inversiones se convirtieron en «rectificaciones de facturas» cuando el empresario médico fue cesado como gerente del grupo sanitario / En algunos casos, correspondientes al año 2003 y Paracelso, los descuentos superaban el 80% del total que pagó la Gerencia de Salud.
L.G.V.
VALLADOLID.- La documentación que obra en poder del juez de Instrucción número 2 encargado del denominado caso Antona (en el que se investiga la llamativa concertación con hospitales privados de operaciones quirúrgicas de columna por las que Sacyl acababa pagando un precio significativamente superior al habitual en la sanidad pública, durante el mandato de Pedro Luis Antona del Val como gerente provincial de Sacyl en Valladolid) pone de manifiesto que los jugosos descuentos en prótesis seguían, como en el caso de las adjudicaciones de operaciones de columna a centros privados, la estela del empresario médico Santiago Tobal, primero en Paracelso, luego en el grupo Sanitaria de Inversiones (hospitales Felipe II y Campo Grande) y posteriormente, a través de su empresa Quiromedic Care And Consulting, en el hospital Sagrado Corazón.
Santiago Tobal desempeñó el cargo de director gerente de Sanitaria de In-versiones desde mediados de 2004 has-ta marzo de 2005, cuando desavenencias con el Consejo de Administración de la sociedad provocaron su cese.
EL MUNDO ha tenido acceso más de un centenar de facturas y abonos entregados al juez referidos a la gestión de este empresario médico entre abril de 2002, cuando era director gerente de Paracelso y noviembre de 2005 cuando gestionaba, más o menos en la sombra, determinados conciertos de Sacyl con los hospitales privados Sagrado Corazón y Virgen de la Salud. En medio, había sido gerente de Sanitaria de Inversiones.
El seguimiento de esas facturas referidas a la gestión de Santiago Tobal al frente de Paracelso y Sanitaria de Inversiones resulta revelador. Especialmente las giradas por la empresa Ortomedimatec siempre a nombre del Gabinete Médico Paracelso, a pesar de que sólo era una de cinco empresas que formaron la unión temporal de empresas (Sanitaria de Inversiones, Hospital Campo Grande, Recoletos, Cemin y Paracelso) creada para concurrir en los procesos de adjudicación de procedimientos quirúrgicos de la sanidad pública.
Desembarco en el hospital Sagrado Corazón
Tras la salida de Tobal de Sanitaria de Inversiones, en el segundo semestre de 2005, la Gerencia de Salud de las Áreas de Valladolid que dirigía Antona, comenzó a derivar al hospital Sagrado Corazón las mismas operaciones que antes se habían adjudicado a la UTE. El nombre de Santiago Tobal volvió a aparecer junto al de la empresa Quiromedic Care And Consulting, con la que el Sagrado Corazón firmó un contrato de colaboración con las religiosas que gestionan el centro hospitalario.
En este caso, para llegar a determinar que Quiromedic facturó a Sacyl algunas prótesis incrementando su precio real hasta en un 694%, la Gerencia Regional hizo un completo estudio comparativo del precio unitario facturado por el Sagrado Corazón a la Gerencia de Salud que dirigía Pedro Luís Antona y el precio unitario facturado a hospitales públicos como el complejo asistencial de León o el Río Hortega de Valladolid.
El sobreprecio soportado por Sacyl en el caso del componente Oxíples por unidad de producto superó el 509%. Con el componente Healos, los sobreprecios oscilaron entre el 159% y el 177%, dependiendo de si la operación se había realiza-do en el Complejo Asistencial de León o en el Del Río Hortega. En ambos casas, el proveedor de esos componentes era el mismo para los hospitales públicos que para el Sagrado Corazón: Orto-Gaudí S.L.
Descuentos no comunicados a la Consejería de Sanidad Sólo en un mes, diciembre de 2004, Santiago Tobal, al frente de la UTE, facturó a Sacyl en material protésico 109.774,41 euros correspondientes a 10 intervenciones. Esa cantidad, sin embargo, no incluía los enormes descuentos que le abonaba la empresa suministradora de prótesis Ortomedimatec, con la que él mismo había firmado un contrato de suministro de material en exclusividad, sólo tres meses antes.
Un ejemplo. El paciente T.V.S. fue operado en diciembre de 2004. En la intervención le colocaron 12 componentes protésicos (6 antibarreras mesofol y 6 collapat). La factura (0832/2004) de ese material, incluido el IVA del 7%, ascendió a 11.940,04 euros y quedó contabilizada el día 30 de diciembre. El Sacyl pagó esa cantidad religiosamente sin imaginar que Ortomedimatec había girado una factura de abono (0117/2004) a Paracelso por importe de 5.020,08 euros, más de un 40% de des-cuento. Paracelso facturó a Sacyl 11.940,04 euros por un material que en realidad le había costado poco más de 6.900 euros. Un negocio redondo.
Algo parecido ocurre en los otros 9 casos de pacientes operados ese mismo mes de diciembre de 2004. Un total de 5.846,47 euros de descuento sobre una factura de 13.592,83 euros en el caso de la paciente J.P.S.; un abono dé 4.025,07 euros sobre una factura de 9.950,04 correspondiente al paciente O.V.M.
Pero estos casos no son ni mucho menos los más llamativos. A lo largo del año 2003, cuando ni siquiera estaba constituida la UTE y Paracelso actuaba por su cuenta bajo la dirección de Tobal, los descuentos son más desorbita-dos aún: de hasta 13.104,15 euros sobre una factura de 13.906,60 euros o de 7.534,96 euros sobre una factura de 8.872,45 euros. Unas rebajas que prácticamente convertían en regalos para la empresa de Tobal las prótesis por las que la administración sanitaria pagaba miles de euros. En marzo de 2005, el mes en el que Santiago Tobal fue cesado en Sanitaria de Inversiones, la empresa Ortomedimatec siguió facturando las prótesis al Gabinete Médico Paracelso, pero en lugar de abonos, emitió «facturas rectificativas». En lugar del «abono sobre factura», aparecieron «facturas rectificativas correspondientes a una determina-da factura «por descuento no aplicado en esa factura», según se hace constar en las facturas que obran en poder del juez desde hace ya más de un año.
Un procedimiento absolutamente irregular puesto que las condiciones fijadas en el acuerdo entre Sacyl y las empresas sanitarias privadas con las que firmaba conciertos para derivar operaciones de pacientes en lista de espera se especifica que las prótesis siempre se deben facturar a parte y a precio de coste. En el caso de la UTE que gestionó Tobal hasta el 3 de marzo de 2005, el importe total a devolver calculado por los por entonces responsables de la sanidad pública ascendió a 163.424,79 euros en el caso de la UTE y 647.046,46 euros en el caso de Paracelso. Ambas cantidades finalmente han sido devueltas a la administración.
Facturas con decimales, cifras redondas
Las facturas emitidas por Orto Gaudí sobre material protésico implantado en operaciones derivadas de los hospitales públicos al Sagrado Corazón son diferentes a las giradas a la sanidad pública directamente. Las diferencias no son inocentes y revelan una llamativa forma de proceder. Mientras que facturas de Orto Gaudí enviadas al Sagrado Corazón el material implantado, curiosamente, suma una cifra redonda, en las giradas al hospital Clínico de Valladolid directamente, sin embargo, se especifica el valor de cada componente y el importe total incluye los lógicos decimales. Algo parecido ocurre con facturas emitidas por Quiromedic Care and Consultig cuando operaba en el Sagrado Corazón: tampoco se especifica el importe unitario de cada componente del implante, pero la suma total, con el 7% de IVA incluido, sumaba una cantidad redonda, sin decimales. Pese a que los servicios de la Gerencia determinaron en su día que el sobreprecio soportado por Sacyl en las prótesis implantadas en operaciones del Sagrado Corazón ascendía a un total de 249.777 euros (se incoaron dos expedientes de reintegro, uno por las cantidades pagadas por la Gerencia de Salud de 133.411,32 euros y otro por las cantidades pagadas a través del hospital Clínico de 116.365,68 euros), finalmente ha sido atendido un recurso de las religiosas del Sagrado Corazón que, en la práctica, significa el perdón de la deuda en vía administrativa.
Los servicios jurídicos de la Gerencia de Salud que ahora dirige el que era director del Clínico cuando la Gerencia de Valladolid de Antona autorizó, a través del hospital público, el pago de esos supuestos excesos de facturación, José Manuel Fontsaré, aseguran que no está acreditado que el Sagrado Corazón cobrara al Sacyl por las prótesis cantidades distintas a las que pagó a su proveedor (Ortomedimatec). Lo que sí que está claro es que Sacyl pagaba cantidades escandalosamente superiores por las mismas prótesis cuando se practicaban en el Sagrado Corazón que cuando se llevaban a cabo en hospitales públicos, pese a que algunos de los proveedores eran los mismos. No en valde, en el primer informe solicitado por Fontsaré se apuntó la existencia de «indicios» del sobreprecio denunciado.
La rentable vuelta a los hospitales públicos
El cese de Antona y los posteriores de Carlos Fernández como director general de Asistencia Sanitaria, Eduardo Ibáñez Fraile como director gerente del Río Hortega, además de los del jefe de Concertación, José Miguel Hernández, el de Víctor Manuel Vázquez García como Gerente de Salud del Área de Segovia, y el del director General de Desarrollo Sanitario, Fernando Uribe, desataron una crisis política sobre la que los juzgados tratan de poner luz, pero también forzaron unos cambios cuyos resultados prácticos, tan sólo un año después del primer cese, ya se cuantificaron en casi dos millones de euros. Según información facilitada por fuentes oficiales de la Consejería de Sanidad, Sacyl consiguió reducir en un año el gasto por derivación de paciente a la sanidad privada un 43,21% (de 4,5 millones de euros en 2005 a 2,59 millones de euros en 2006), sin que eso supusiera una ampliación de listas de espera, ya que el rendimiento de los hospitales públicos se ha incrementado más de un 10%.
Buena parte de ese ahorro proviene del fin de las derivaciones de determinadas operaciones a la sanidad privada. En concreto, las de artrodesis vertebral y descompresión de conducto raquídeo, cuya práctica en centros privados ha dado lugar a los excesos de facturación en prótesis que fueron denunciados por la propia Gerencia de Salud y que ahora investiga Instrucción 2.
Ortomedimatec de Madrid a Valladolid
La mayoría de las facturas por prótesis y sus abonos (descuentos) no comunicados corresponden a la empresa Ortomedimatec con la que Tobal suscribió un compromiso de suministro en exclusividad como director de Sanitaria de Inversiones.
El acuerdo, fechado el 20 de septiembre de 2004, establecía el compromiso por parte de Sanitaria «del uso de las prótesis de columna citadas en exclusividad a partir de 20 de septiembre de 2004 durante 2 años prorrogables de común acuerdo».
El origen de Ortomedimatec se sitúa en Madrid. La empresa comenzó a funcionar el 30 de abril de 1997, pero tan solo un año después, sus dos únicos socios, (José María César López Díaz y Arturo Ignacio Aguado Sarmiento) decidieron trasladar a Valladolid su domicilio social.
Tras aumentar el capital social de la sociedad hasta los 360.607,26 euros en 2004, se produjo un cambio en la administración de la empresa. Aguado Sarmiento dejó paso a Ana Belén Valverde Gutiérrez, en enero de 2006.
Tobal declaró ante el juez que no había nada que fiscalizar
L G. V.
VALLADOLID.- «Los descuentos de los proveedores de prótesis estaban contemplados en la contabilidad de las empresas y formaban parte de las declaraciones tributarias, nunca hubo intención de ocultar nada al respecto ni intención de obtener beneficio personal». Esta fue la explicación que dio Tobal al juez que investiga el denominado caso Antona cuando el pasado 11 de julio le tomó declaración en calidad de imputado.
Tobal asegura que Sanitaria conocía los descuentos que se conseguían con los proveedores de prótesis. «Durante mi permanencia en Sanitaria la adquisición de prótesis e implantes era una función realizada por los responsables financieros de la sociedad, que eran quienes supervisaban las facturas correspondientes», dijo ante el juez. Además, afirmó que tras su marcha de Sanitaria, se facturaron 24 procedimientos al precio de 34 y que no se comunicaron los 'abonos' «con descuentos de aproximadamente el 35%».
El empresario medico entiende que «la media total de operaciones realizadas coincide con el precio contratado, que nada tiene que ver con el importe negociado entre la empresa y su proveedor, en el que rigen los descuentos correspondientes, sin que la Administración tenga nada que fiscalizar sobre tales descuentos, pues son operaciones que se mueven en un ámbito estricta-mente mercantil o privado».No han opinado lo mismo los servicios de Intervención de la Consejería de Hacienda, que ya a mediados de 2006 y tras analizar el periodo comprendido entre enero de 2002 y diciembre de 2005 determinó en un contundente informe que «el importe de las facturas de las prótesis implantadas, pagadas por la Gerencia de Salud de Valladolid a las entidades concertadas, es superior al real soportado por estas últimas, ya que no aplicaban a la Gerencia los descuentos realizados por sus proveedores, lo que es contrario a los contratos suscritos, que establecen que el precio de las citadas prótesis debe ser el mismo que soporte la entidad».
En cualquier caso, Tobal siempre se ha mostrado tajante, incluso, a preguntas del juez: «Absolutamente no. No obtenía ningún beneficio o contrapartida personal, cualquier descuento que se ha realizado se ha hecho a las empresas. Los descuentos de los proveedores de prótesis estaban contemplados en la contabilidad de las empresas y formaban parte de las declaraciones tributarias, nunca hubo intención de ocultar nada al respecto ni intención de obtener beneficio personal», explicó claramente al juez.
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