Blogia
Izquierda Socialista de Valladolid en la defensa de los Servicios Públicos

INTERVENCIÓN DE ANDRÉS PERELLÓ EN EL COMITE FEDERAL PSOE

IZQUIERDA SOCIALISTA-PSOE

 

Son tiempos de elecciones, de focalizar la mirada en lo local y lo autonómico. Pero para quienes nos sentimos socialistas en sentido clásico eso no es óbice para olvidar que la visión internacional de la política es vital para la transformación social y que de ella va a depender incluso  buena parte de las comunidades autónomas y en los municipios. Olvidarnos de la vertiente internacionalista del socialismo es cometer un grave error.

 

 

Por eso comenzaré por Grecia.  Consolidado ya su nuevo  gobierno,  el socialismo español y la socialdemocracia europea cometería un tremendo error si acepta que las propuestas del gobierno griego, porque no son de un partido de la Internacional Socialista, pro ser otra izquierda, son mero populismo que se enfrenta  al único realismo posible que es el de la UE. Sobre todo porque ese realismo lo marca la derecha neoliberal que es mayoritaria todavía en los gobiernos y las instituciones europeas  que es quien lleva años tomando las decisiones, aceptando las que toman las elites financieras europeas y mundiales o codecidiendo con ellos. Y todo ello ante la contemporización unas veces, y al complicidad otra, de la socialdemocracia europea, sobre todo de la que mas tarde llego a la democracia, es decir la de los países del Este.

 

 

Ello ha permitido que las elites financieras campen por sus respetos, utilicen el Banco Central Europeo a su conveniencia para que este permita, cuando no alimente, que a pesar de la crisis, o precisamente por ella, se sigan haciendo operaciones especulativas de alto rendimiento y los fondos buitre, algunos de ellos representado en España por el hijo de un ex presidente de Gobierno, se hagan con activos de las entidades financieras rescatadas por el Estado, a precios muy inferiores al de su valor real, llegando a quitas del 80%. El brazo ejecutor de esta política en España es el Banco Malo, la SAREB.

 

 

Y todo ello ha sido presidido por el mantra “ las únicas medidas posibles”. ¿A alguien le dijeron alguna vez cuales eran las imposibles y quien había decidido que eso fuera así? Si la izquierda acepta que sea la derecha política, al servicio de la derecha económica de las elites financieras, la diga lo que es posible y lo que no lo es, habrá renunciado a su papel fundamental en la Historia, transformar la sociedad.

 

 

En el orden de la política Internacional, se hecha de menos un discurso solido, uniforme y común del socialismo europeo, y esa falta se manifiesta con frecuencia en el socialismo español.  Llama la atención, la ignorancia  que se observa sobre la evolución de América  Latina, su evolución y su actualidad.  Y la falta de relaciones claras con la izquierda latinoamericana, salvando las diferencias que puedan existir.

 

 

 Ello cobra mayor importancia  cuando se observa el sonoro silencio que se ha establecido sobre las negociaciones del TTIP (Tratado de Libre Comercio con EE.UU) en las que las multinacionales están imponiendo sus tesis, ni los diputados pueden conocer los elementos negociadores con toda su extensión,  ni menos los ciudadanos. Se ha delegado todo en altos funcionarios cuya legitimidad es meramente técnica, que se permiten  anunciar que los elementos de las negociaciones serán secretos al menso durante 30 años.  Además de tener en cuenta las tremendas repercusiones que sobre la economía, y sobre todo sobre los derechos sociales, laborales y medioambientales puede tener ese tratado, debería considerarse que el mismo es un zarpazo a nuestras relaciones con América Latina, y a las políticas progresistas de aquel continente al que tanto nos une.

 

 

Urge pues,  elaborar un nuevo relato político para Europa, un discurso común sobre política internacional, con especial incidencia en América Latina y las relaciones con la izquierda y una posición firme frente a los intereses económicos de las multinacionales  que se anteponen a los derechos de los pueblos y las personas. Y eso corresponde a los socialistas europeos y sobre todo a los españoles. No, no podemos aceptar que solo se hace lo posible, si la definición y delimitación de lo posible no la hemos hecho nosotros desde una posición coherente con los valores y postulados de la izquierda democrática.

 

 

Madrid, 28/3/2015

0 comentarios