El Gobierno excluye de la transparencia a los presidentes de las empresas públicas, donde paga fidelidades y enchufes
La tan ‘cacareada’ campaña de la transparencia, cuya joya de la corona es el portal en el que ‘todo se desvela’ según pregona el Gobierno, presenta más sombras y agujeros cada día que pasa. Y uno de los que más puede irritar a la opinión pública es la decisión del Gobierno sobre dónde tirar la raya que marca la luz, y a partir de dónde comienza ‘la oscuridad’ en cuanto a las declaraciones de bienes y rentas así como de las biografías de los altos cargos.
La línea de la transparencia
Nos explicamos. El Gobierno, donde se lee Gobierno debiera leerse Soraya Sáenz de Santamaría que es quien controla y saca el rédito político futuro de esta supuesta campaña de transparencia, decidió que en el portal se incluyera a ‘los altos cargos del Estado’. Lo que nos lleva, por lógica, a preguntarnos “¿qué entiende el Gobierno por un ‘alto cargo’?”. La respuesta que se ha dado a esta pregunta ha sido restringir la definición a aquellas personas que ocupan un puesto decidido en Consejo de Ministros y que trabajan para la Administración General del Estado.
¿Qué sucede con esto? Que se elimina del escrutinio público del que tanto se alardea por parte de la vicepresidenta a todo un ejército de nombramientos, algunos de los cuales, como vamos a ver, perciben retribuciones que generalmente serían consideradas muy generosas, y que en estos momentos de crisis (la que Moncloa y Génova proclaman muerta, pero que sigue tan viva) resultan directamente un ‘chollo total’.
Los presidentes de las compañías de todos
Y nos vamos a referir a un grupo muy concreto, el de quienes presiden las compañías del Estado agrupadas en la SEPI. Personas que mueven miles de millones de euros de todos los contribuyentes (en 2013 las 28 empresas de SEPI obtuvieron 4.400 millones de euros de ingresos) y que se han visto fuera del escrutinio porque no son nombrados en el Consejo de Ministros.
Una trampa evidente, porque a nadie se le escapa que el presidente de Navantia, de Correos, de RTVE, de EFE, de…, no son elegidos sin que así lo decida el ministro de turno.., o, según se está demostrando en este Gobierno, después de recibir las bendiciones de la vicepresidenta y su equipo.
Pero ¿por qué se ‘protege’ a estos directivos sacándoles de la lista de ‘altos cargos’ sobre los que aplicar el microscopio? Viendo el listado, aún sea de una manera sumaria, se podría deducir que la razón está en que las empresas públicas se presentan como un terreno abonado para ‘colocar’ a aquellos a quienes se quiere premiar o ‘enchufar’…, y se quiere mantener lejos del escrutinio público quiénes son y lo que ganan.
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