Marcando las diferencias
- El 'cara a cara' entre Cañete y Valenciano ha sido una reedición de lujo del "y tú más". Ninguno acabó de explicar qué motivos hay para que los ciudadanos se decidan a ir a votar el 25 de mayo
En este debate sobre las elecciones europeas en que Europa estuvo ausente, quedó bien claro que el candidato del PP, Miguel Arias Cañete, vive en un país de las maravillas, tan "maravillosas" como lo fueron, a su juicio, las condiciones del rescate bancario que pagan la mayoría de los ciudadanos españoles no solo con sus impuestos, también con los recortes que ha aplicado el Gobierno de Rajoy a las prestaciones sociales esenciales y a los derechos laborales. Pero la candidata del PSOE, Elena Valenciano, llegó dispuesta a amargarle la fiesta, no tanto por atacar a su contrincante como por demostrar a los votantes indecisos y a los cabreados con el tijeretazo de Zapatero, que PSOE y PP no son lo mismo. Ese es el objetivo fundamental de los socialistas, la única manera que tienen de intentar recuperar el voto, porque si algo les ha hecho daño en los últimos años ha sido el eslogan, precisamente del 15-M, de que los dos grandes partidos hacen las mismas políticas. Ese empeño es el que permitió también que en la TVE controlada por el PP se desgranara la infinita lista de problemas sociales que sufren hoy tantos españoles.
Por resumir. Cañete se dedicó -en un original debate leído- a cantar las alabanzas de la política del Gobierno de Mariano Rajoy que, según él, ha conseguido que España vuelva a ir bien, y a atacar a los socialistas sin piedad -y sin preocuparse por la veracidad ni la actualización de los datos aportados- porque tienen, según se desprendía de sus palabras, la costumbre de hundir el país. Es decir, que el candidato del PP arremetió con la herencia que Rajoy se comprometió a no utilizar políticamente en su debate de investidura, hace dos años y medio, y que se ha convertido en su único argumento de legislatura y de campaña electoral. Pero Valenciano se empeñó en desgranar las consecuencias de las políticas de recorte aplicadas por el PP y las penurias que causan en cientos de miles de españoles que se han quedado sin ayudas a la dependencia, sin becas, sin subsidios de desempleo, sin derechos laborales y civiles. "Hay que reducir el déficit y pagar la deuda, pero sin que nos cueste la vida", dijo en su intento de recuperar votantes perdidos en 2011 y de achicar el espacio a su izquierda.
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