EL SOCIALISTA HAMLETIANO
José Antonio Pérez Tapias*
Hay militancia socialista, existe, y contempla con desazón la deriva de un PSOE que muchos ciudadanos ven naufragar. Entre liderazgos que no lo son por el mero hecho de pretenderlo quien ocupa un cargo y propuestas que, aun siendo razonables, carecen de un marco que las muestre insertas en un proyecto creíble, no se acaba de vislumbrar el camino del socialismo español para presentarse como partido capaz de las transformaciones que necesita nuestra realidad. El baluarte que representa el gobierno de coalición de la Junta de Andalucía ofrece, sin merma de sus méritos, más imagen de resistencia que de potencia de cambio. Un declive al modo del PASOK en Grecia no es hipótesis inverosímil. Su plausibilidad la hacen más consciente militantes de a pie, inmersos en las redes de su vida cotidiana, que aquéllos que por su cargo se ven obligados a edulcorar la imagen propia.
Las bases socialistas, en su mayoría, saben que el PSOE se halla ante una alternativa tan crucial como la de Hamlet: “ser o no ser”. Es la shakespeariana cuestión planteada y, como el príncipe de Dinamarca, hay que decidir entre sufrir pasivamente “los golpes de la Fortuna” o hacer frente a “todo un piélago de calamidades” hasta acabar con ellas. Decidir por lo segundo implica reconstrucción del proyecto político, hoy por hoy extraviado en un “tiempo líquido” que ni Bauman imaginó como el de la abrasadora lava del volcán capitalista que nos está destruyendo. Pero reconstruir proyecto supone también repensar la organización: el socialista hamletiano es también el partido en su conjunto, que tiene que resolver su ser o no ser en el futuro.
Nacido como partido de trabajadores, el PSOE debe dilucidar cómo ser partido de ciudadanos –no sólo para ellos-. Eso significa apertura, participación, otros procedimientos para decidir y nuevas estructuras organizativas. Hay que responder a Robert Michels desmontando las élites oligárquicas que bloquean la democracia interna, como hay que hacer honor a Montesquieu llevando la división de poderes al seno del partido. Primarias, elección directa de Secretario General, articulación de la pluralidad interna…, son cuestiones ineludibles. Incluso habrá que ahuyentar el temor a la posible bicefalia en un partido que necesita formas de liderazgo en consonancia con las exigencias democráticas de la ciudadanía. Responder a ellas es condición para “ser”.
*José Antonio Pérez Tapias, es catedratico de la Universidad de Granada y portavoz Federal de Izquierda Socialista-PSOE*
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