Socialistas: ideas, por favor
Naturalmente que podría hacer un análisis muy semejante de la actitud del PP que, encima, está en el poder hoy, pero es que a algunos (como a mí) nos parece muy importante saber lo que hace el PP, pero sólo nos interesa analizar lo que hace el PSOE. La derecha me produce noticias, la socialdemocracia me crea ilusiones. Las noticias son seguras, las ilusiones, depende.
Dejemos clara una premisa mayor: estamos ante una crisis económica muy fuerte que va a obligar a aceptar que España tiene menos recursos hoy que ayer. Ahora viene un proceso que pasa por reconocer que tenemos menos recursos y que hay que recortar los gastos y/o las inversiones. Incluso aumentar los ingresos. Un programa que nadie quisiera tener que defender.
Pero el PSOE creo que tiene que dar la cara a un reto que el PP afronta pero no explica. El PSOE tiene que explicar qué haría si estuviera en el poder: dificilísimo y muy arriesgado, pero o hace eso o, poco a poco, pasará a ser de segunda división.
Lo he dicho ayer aquí recordando el drama de la II Guerra Mundial: la socialdemocracia puede terminar laminada por la derecha extrema y por la izquierda extrema. Por supuesto que nada tiene que ver la derecha de los 30 con la derecha europea de los dosmiles y tampoco la izquierda es la misma que entonces, pero los resultados para la socialdemocracia podrían ser muy semejantes. Y me preocupantes.
Para poder explicar las cosas que pasan, lo primero es haberlas vivido. Es una aparente tontería obvia, pero resulta que eso hace que cualquier burócrata del PSOE quede fuera del debate. Tranquilos, que luego vendrán a jugar un cierto papel, pero ahora, son un incordio funcional: mandan mucho, pero saben poco.
¿No tenemos militantes que sean profesores o médicos o investigadores o economistas o empleados de banca o empresarios medianos o filósofos o músicos o diplomáticos o empleados de SEAT o expertos de algo que interesa a los ciudadanos? Pues hay que incorporarlos a nuestro debate. Si solamente vamos a debatir entre los elegidos por las Agrupaciones, estamos sencillamente perdidos.
Creo que Alfredo Pérez Rubalcaba puede hacer un Congreso (o lo que sea) con gentes como las que propongo: Rubalcaba no tiene nada que perder y mucho que ganar. Pero tiene que jugársela.
¿Se atreverá Rubalcaba a ser el motor del cambio socialista o se quedará en el papel del director del departamento de cuidados paliativos? Es verdad que en ese esfuerzo se puede morir políticamente Rubalacaba. Pero si no lo hace, se puede morir el PSOE. Hay que elegir.
Compañero, ¿alguna otra idea?
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