El PSOE debe celebrar primarias 'a la francesa
Miguel Ángel Moratinos (Madrid, 1951) no es un jubilado de oro. Hace un año que dejó la cartera de Exteriores y no tiene escaño en el nuevo Parlamento, pero mantiene la expectativa de ocupar un puesto internacional -tras perder por unos pocos votos la dirección de la FAO- y sigue muy activo dentro y fuera de su partido. El pasado sábado intervino en la primera reunión del Comité Federal del PSOE tras la debacle electoral.
Pregunta. Felipe González se queja de que los debates en el comité federal ya no son tan vivos como en su época...
Respuesta. Yo he estado en bastantes comités federales y este ha sido el más vivo, en el que se empezaron a poner las verdades sobre la mesa y se habló mucho de la necesidad de abrir un tiempo nuevo y mirar al futuro.
P. ¿Rubalcaba puede representar un tiempo nuevo?
R. Yo, que admiro y estimo mucho a Alfredo Pérez Rubalcaba, le pediría la misma generosidad que mostró Carme Chacón cuando dio un paso hacia atrás y retiró su candidatura [a las primarias]. Creo que los ciudadanos nos han dado una lección muy clara y en el propio comité federal hubo unanimidad en la necesidad de abrir un nuevo tiempo: eso significa un nuevo proyecto y un nuevo equipo dirigente. Si Alfredo, al final, decide presentarse [a la secretaría general] hay que respetarlo, pero yo creo que hace falta gente nueva para un nuevo proyecto.
P. ¿Chacón puede representar este tiempo nuevo?
R. Indudablemente. Corresponde a ella decidirlo, e imagino que hay otros compañeros y compañeras que también pueden optar... Lo que yo he pedido es [que se celebren] unas primarias a la francesa. Hay que escuchar lo que dicen los ciudadanos: que los partidos tienen que abrirse, regenerarse y cambiar.
P. Primarias a la francesa significa que puedan votar los simpatizantes...
R. Yo he vivido muy de cerca las primarias de los socialistas franceses. Es verdad que allí se elegía el candidato a la Presidencia de la República, pero también se pueden hacer para la secretaría general [del partido]. Comprendo a quienes dicen que los estatutos no lo contemplan, pero políticamente hemos desaprovechado una oportunidad. Los militantes del PSOE somos 200.000, mientras que los votantes son siete millones y hemos perdido más de cuatro millones de votos. Si queremos recuperarlos, no podemos mirarnos el ombligo.
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