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Izquierda Socialista de Valladolid en la defensa de los Servicios Públicos

La deuda sanitaria valenciana llegará a 2.400 millones a final de año

“Es muy crudo servir jeringuillas cuando sabes que no te van a pagar”. Las palabras del gerente de una pequeña empresa proveedora del Servicio Valenciano de Salud son la mejor ilustración del ahogo financiero que sufre la Generalitat valenciana y que extiende a sus proveedores y clientes. Una cincuentena de pequeños proveedores de la Sanidad pública valenciana se agruparon espontáneamente en marzo para reclamar de forma conjunta las deudas acumuladas desde 2008. El propio consejero de Sanidad ha asumido que las facturas pendientes de pago acumuladas en 2009 y 2010 suman 1.300 millones de euros.

 

Son facturas no contabilizadas por falta de crédito en hospitales, ambulatorios o centros de salud. Los pequeños proveedores de Sanidad suministran gasas, batas o jeringuillas, pero también sirven reactivos para farmacia o prótesis cardíacas. Y constituyen una red imprescindible para el normal funcionamiento del servicio público. Cuando se constituyeron en plataforma, apenas dos meses antes de las elecciones autonómicas, la Consejería de Sanidad cerró con ellos un acuerdo de urgencia. Todas aquellas empresas que tuvieran facturas pendientes de cobro que sumaran entre 50.000 y 225.000 euros serían resarcidas de inmediato. La Generalitat pretendía sacudirse las reclamaciones de un millar de proveedores con facturas pendientes de 2009 y otro tanto de 2010. Desde entonces, se han pagado 40 millones de euros con cargo al ejercicio corriente de 2011. Algunos han cobrado 60.000 euros. Otros, 1.000. Muchos, nada. Algunos han ingresado el 60% de lo que les debían. Otros, el 1%. Muchos, nada.

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A finales de 2010, Camps había logrado disparar la deuda de la Generalitat hasta 17.600 millones de euros, un 17,2% del PIB regional. La Comunidad Valenciana es, con diferencia, la más endeudada de España en términos relativos. El servicio de la deuda representa un gasto de 680 millones de euros en el presupuesto de 2011.

 

Camps no ha tenido problemas para pagar al arquitecto Santiago Calatrava millones de euros por proyectos que nunca se han ejecutado. Pero la Generalitat valenciana es la que menor número de dependientes atiende en relación con el número de habitantes. Tampoco ha podido culminar las obras en una treintena de centros educativos en marcha. No puede pagar.

elpais.com

 

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