Los pacientes graves con anorexia de la región ingresarán en un centro catalán
Aunque Castilla y León tiene en su red asistencial equipos de salud mental, unidad de referencia psiquiátrica infanto-juvenil en el Clínico de Valladolid e, incluso, una unidad hospitalaria específica para trastornos alimentarios en Burgos y la previsión de otra futura en Salamanca, hay casos de estas patologías tan graves y prolongados que han resultado resistentes a los tratamientos habituales que la red asistencial pública regional puede ofertar a sus pacientes. Son escasos, pero requieren una alta especialización porque no presentan mejorías ni avances en su rehabilitación. Desde 2006, de forma poco protocolarizada y sin convenio suscrito, la Consejería de Sanidad envía a los enfermos ’rebeldes’ al centro ITA (Institut de Trastorns Alimentaris) de Cataluña. En estos años se han derivado así 46 pacientes de Castilla y León, el mayor número, 14, de Valladolid.
Ahora, Sacyl ha suscrito un convenio con este centro especializado catalán para la prestación de asistencia sanitaria y psiquiátrica para pacientes con conducta alimentaria de mala evolución. El acuerdo tiene una duración revisable de dos años y contempla para ellos 271.265 euros; lo que podría traducirse, al año, en entre siete y diez pacientes, con una terapia de doce meses. Una cobertura que responde a la demanda actual de la comunidad en este tipo de tratamientos. No obstante, cada persona requiere unos recursos y una medicación por lo que es difícil establecer cuantos casos podrá cubrir dicha cuantía.
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