INTERGRUPOS PARLAMENTARIOS PAZ Y LIBERTAD PARA EL SÁHARA OCCIDENTAL
Los Intergrupos Parlamentarios “Paz y Libertad para el Sáhara Occidental, reunidos en Valladolid con ocasión de la XV Conferencia los días 12 y 13 de Febrero de 2011 acuerdan:
El proceso de descolonización del Sáhara Occidental, la última colonia en África, continúa pendiente. Hace treinta y seis años de la invasión del territorio por parte de Marruecos y veinte desde el alto el fuego, tras dieciséis años de guerra. Veinte años en los que la Comunidad Internacional a través de Naciones Unidas ha sido incapaz de que lo acordado se cumpliera por el obstruccionismo marroquí, y a pesar de la flexibilidad mostrada por el Frente Polisario, legítimo representante del pueblo saharaui. En nuestra opinión, la situación ha empeorado con el paso del tiempo, y la velocidad de dicho empeoramiento se ha ido incrementando progresivamente. El incumplimiento de la legalidad internacional y la no satisfacción del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, así como la falta de respeto a los derechos humanos, siguen suponiendo un riesgo cierto de desestabilización en la zona.
En este último año, el informe de Christopher Ross, enviado personal del Secretario General de Naciones Unidas ha puesto claramente de manifiesto esa actitud marroquí que estaba produciendo, de hecho, un auténtico bloqueo de la situación. El mismo Ross indicaba en su informe el riesgo que esta situación conllevaba para la estabilidad de la zona.
En tan largo periodo de tiempo la población saharaui ha soportado con enorme dignidad, tanto el exilio en muchos países europeos, y singularmente en España, como las penurias de los campamentos de refugiados situados en los alrededores de Tinduf, y la represión ejercida en los territorios ocupados del Sáhara Occidental por las autoridades marroquíes, ante las legítimas reivindicaciones que los saharauis allí residentes expresaban de forma pacífica. La crisis económica global ha supuesto un agravante de las condiciones de vida en los campamentos de refugiados. Es responsabilidad de la Comunidad Internacional que las condiciones de vida soportadas por los saharauis en los campamentos de refugiados no se prolonguen otros 36 años.
Pero el hecho más significativo de 2010 ha sido el de la instalación y posterior desmantelamiento violento por parte de las autoridades marroquíes del campamento de Agdaym Izik levantado por más de 20.000 saharauis en las afueras de El Aaiún. Este hecho, y la represión desencadenada posteriormente por las autoridades marroquíes constituyen la visualización más clara del riesgo de desestabilización antes comentado.
A nuestro juicio, lo sucedido es fruto de la ausencia de una democracia real en el Reino de Marruecos. Y mientras unos negociaban con los acampados, otros desmantelaban, poniendo en evidencia la existencia de un talante represor dominante que se impone, dentro del mismo Marruecos, a instancias más proclives a soluciones dialogadas y pactadas.
A nuestro juicio, no es casual que el desmantelamiento del campamento se produjera el mismo día del reinicio de las conversaciones entre Marruecos y el Polisario en Nueva York, tras más de un año de bloqueo. Y no es casual que se produjera tras negociaciones entre las autoridades y los acampados, que continuaban dos horas antes del desmantelamiento. El sector duro marroquí pretendía que el Polisario las rompiera como respuesta al desmantelamiento del campamento. Y ante la actitud serena y responsable del Polisario sentándose a negociar, se produjo la represión, que pretendía que la indignación saharaui por lo sucedido llevara a la vuelta al conflicto armado para poder acusar al Polisario de la ruptura del diálogo.
Con su actitud, Marruecos ha ahondado la sima que le separaba de los saharauis. La convivencia es hoy mucho más difícil que ayer. Pero con su actuación en el campamento y la represión posterior ha conseguido también, por si alguien tenía alguna duda, que la propuesta de autonomía sea papel mojado, y no sólo para el Sáhara, sino para Marruecos; y siendo el proyecto de regionalización una de las piezas básicas de la política de Mohamed VI, lo antes expuesto puede ser también un factor de desestabilización.
El pueblo saharaui está perdiendo la confianza en la Comunidad Internacional ante la falta de perspectivas de un arreglo pacífico. Y empieza a pensar en que la solución sería volver a las armas de un modo u otro. Y ese es otro factor desestabilizador. Por todo ello, consideramos que nuestra histórica petición de una solución justa, duradera, acorde con lo establecido por la legalidad internacional para la resolución de los procesos de descolonización es, no sólo necesaria, sino también urgente. La Comunidad Internacional no puede permanecer impasible ante lo que está sucediendo. Porque no sólo está en juego el respeto a la legalidad internacional, sino también una futura desestabilización del Magreb. Los recientes sucesos en Túnez, en Egipto y en otros países árabes debieran servir de acicate para una actitud activa en la cuestión saharaui.
Y una de las prioridades de la Comunidad Internacional, de la Unión Europea y singularmente de los Gobiernos Español y Francés, debiera ser la de ayudar a una transición pacífica y ordenada hacia una democratización real del Reino de Marruecos, dentro de una política euro-mediterránea que tenga el mismo objetivo, sin que esto pueda suponer un freno para la resolución del conflicto del Sáhara Occidental. Y en este marco de situación, España tiene que tener una posición activa y liderar, junto a Naciones Unidas, una solución justa a dicho conflicto.
Por todo ello los Intergrupos “Paz y Libertad para el Sáhara Occidental” acordamos:
1.- Reafirmarnos en lo manifestado en las sucesivas declaraciones aprobadas hasta la fecha en cuanto se refiere al legítimo derecho del pueblo saharaui a su autodeterminación mediante referéndum, como final del proceso de descolonización en el que aún está inmerso, y avalado por la legalidad internacional, e instar al conjunto de Instituciones Públicas españolas y a la Comunidad Internacional a trabajar para conseguirlo.
2.- Manifestar nuestro apoyo al Frente Polisario como legítimo representante del pueblo saharaui, y al Gobierno de la RASD, en sus esfuerzos para que lo previsto en las Resoluciones de Naciones Unidas se lleve a efecto de forma pacífica.
3.- Solicitar una investigación internacional sobre los sucesos acaecidos durante el desmantelamiento del campamento de Agdaym Izik y la posterior represión de la población saharaui e instar a la apertura del territorio del Sáhara Occidental a observadores internacionales. En este mismo sentido, instar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a incluir la vigilancia del respeto a los derechos humanos en el mandato de la MINURSO, e instar a los Gobiernos de España, de Francia y al conjunto de la Unión Europea, a que exijan el respeto de los derechos humanos en el territorio del Sáhara Occidental y condenen la actitud de Marruecos de obstrucción del proceso de investigación de las graves violaciones de derechos humanos que se cometen en dicho territorio. Apoyar también el trabajo del enviado personal del Secretario General de Naciones Unidas, Christopher Ross, en sus esfuerzos para lograr un acuerdo justo entre las partes, y respetuoso con la legalidad internacional. Exigimos al reino de Marruecos la liberación inmediata de los presos de conciencia Saharauis.
4.- Instar al conjunto de Instituciones Públicas españolas a continuar el apoyo solidario a los campamentos de refugiados cercanos a Tinduf, máxime en estos momentos de graves dificultades económicas.
5.-Establecer como prioridad para la acción de los Intergrupos en este año 2011 el apoyo a la población saharaui de los territorios ocupados a través del envío de misiones de observación y de la canalización de ayuda de cooperación.
6.- Hacer un llamamiento al Gobierno de España y al conjunto de Instituciones Públicas del Estado, para que refuercen su implicación, como potencia colonizadora de iure, en el proceso de descolonización del Sáhara Occidental y lidere, junto a Naciones Unidas la búsqueda de una solución justa, duradera, acorde con la legalidad internacional y, a día de hoy, también urgente.
7.- Instar a la Unión Europea a colaborar en la búsqueda de la solución antes apuntada, a hacer efectiva la clausula del respeto a los derechos humanos establecida en el Acuerdo Preferencial con el Reino de Marruecos y a que los convenios sectoriales que establezca con el Reino Alahuí no afecten al territorio, ni a las aguas del Sáhara Occidental, ni a los derechos políticos y económicos del pueblo saharaui, ni en general a sus recursos naturales, y especialmente a la pesca.
Valladolid, 13 de febrero de 2011
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