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Izquierda Socialista de Valladolid en la defensa de los Servicios Públicos

Mariano Rajoy, el centrista, el moderado, el democrático, el de siempre,….., el máximo responsable del PP sigue con la estrategia de aplicar la máxima crispación a la vida política en España.

Cuando se pierden democráticamente las elecciones, los responsables de la derecha española no admiten los resultados de las urnas. La dirección política del PP actúa a golpe de encuesta, si las encuestas manifiestan que en periodo de bronca continua mejoran sus resultados, pues caña a las instituciones y al resto de la sociedad para recoger la cosecha. Repiten machaconamente casos aislados hasta que parezcan algo general, intoxican el ambiente desde primeras horas de la mañana hasta la noche, lo que sea para volver al poder. Que el resultado de las encuestas no es el apropiado recogen velas y a contar mentiras, se hacen demócratas, son centristas, acuerdan, pactan, son los defensores de los trabajadores, defensores de los pequeños y medianos empresarios, los defensores de la constitución, etc.

 

Y en los últimos días de las vacaciones de verano, cuando todos los ciudadanos reflexionan y se lo pasan lo mejor que pueden, dentro de sus posibilidades, hay un grupo que sigue en su única onda, la crispación y la mentira para obtener rédito político. Es su único programa.

 

Muchos ciudadanos pensamos que después de ganar las elecciones europeas, sería el momento de arrimar el hombro y acordar o pactar con el Gobierno de España la mejor forma de salir de la crisis económica. Parece ser, que esta premisa no le sirve al máximo responsable PP, actualmente en la  oposición.

 

¿Qué oposición quiere hacer Mariano Rajoy en estos momentos?

 

La de una oposición con responsabilidades de ejercer en su  momento el gobierno de la nación o la del trapicheo que todos los días denuncian los medios de comunicación e investigan los jueces.

 

Una no es compatible con la otra.

 

Hoy en día, es fácil, para la mayoría de los ciudadanos, analizar los costes de las obras públicas, la construcción de hospitales, de palacios de deportes, centros de congresos, edificios administrativos, etc., etc. Las nuevas tecnologías nos facilitan esta posibilidad.

 

Sólo tenemos que compara el presupuesto con el coste final de la obra ¿Dónde se ha ido la diferencia? Si esta se ha utilizado en mejorar la vida de todos los ciudadanos, es lo se considera la mejora del bien común. En caso contrario, si sólo han mejorado unos pocos elegidos a dedo, los del partido que gestiona los recursos públicos, en estos casos partidistas, deben actuar todos los agentes responsables (jueces, fiscales, policías, etc.) para que no vuelva a suceder, pese a quien pese.

 

Los partidos políticos deben gestionar los recursos que los ciudadanos ponemos a su disposición para el bien común y no para otras cuestiones.

 

Un ciudadano cansado de tanta crispación, mentiras y…… de algunos partidos políticos.

T. Martínez

 

 

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