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Izquierda Socialista de Valladolid en la defensa de los Servicios Públicos

EL PRECIO DE LA COHERENCIA DE UN MILITANTE SOCIALISTA por IS-PSOE

El vivía en Cádiz ese año tremendo que fue el 1988. Llevaba seis meses dirigiendo el departamento financiero del "mayor latifundio de Europa" siendo el responsable de la política de personal de un conjunto de actividades que daban empleo fijo a 140 personas y eventual a más de 300.

La tarde antes del 14-D estuvo en la Asamblea de trabajadores que aprobó unirnos a la huelga.

En la mañana del 14-D tuvo que explicar al jefe de puesto de la guardia civil (enviado a su despacho por el gobernador civil de Cádiz) las razones de su participación en la asamblea de obreros.

Conoció y trató de evitar el plan del gobierno de Felipe González para privatizar la mayoría de las actividades de la finca la Almoraima. Por su empeño en evitar esa privatización tuvo que abandonar la Almoraima, pese a mis relaciones cordiales  y de cercanía ideológica (eso decían ellos) con algunos dirigentes del PSOE de Cádiz (ejemplo Vargas - Machuca).

Consiguió que le "reestructuraran" y le enviaron a Astilleros Españoles (oficinas de Madrid)

Volvió a chocar con los planes de Solchaga y sus amigos. Y desde entonces ha supervivido entre el paro y los más variados oficios... en medio conoció de cerca los chanchullos de la PSV.

No cree nada que venga de gente como el Sr. Saracibar. Le gustaría creer, pero es ateo.

Mientras los sindicatos estén dirigidos por gente que "cree" en la forma de organizar el mercado como lo hacen los terratenientes y los banqueros, las cosas cambiarán... A PEOR para la mayoría de los humanos.

Piensa que el MERCADO es ese espacio en el que intercambiamos nuestros respectivos productos (físicos e intelectuales) los humanos desde que comenzó la especialización y salimos de la autarquía.

Hoy todo el esfuerzo - en la mayoría de los países - pasa ya por ese espacio llamado mercado.

La cuestión está en quien ha de regular el mercado y a nombre de quien se colocan los excedentes que no pueden consumirse y que son necesarios para reinvertir.

Algunos pensamos que los excedentes (lo que llama Marx MEDIOS DE PRODUCCION) no pueden seguir a nombre de los individuos o de los grupos minoritarios. Pensamos que para que el MERCADO funcione de manera equitativa los medios de producción y por supuesto la naturaleza en la que se sustentan ha de estar a nombre del colectivo

Este colectivo puede ser el Estado, el Municipio, una red de cooperativas de productores, las autonomías o un pool de empresas de varios países que a su vez representen a cooperativas, ayuntamientos o estados.

Pero el control de la propiedad colectiva corresponde a TODOS LOS CIUDADANOS   a través de formas transparentes y democráticas de gestión.

Mientras los trabajadores sigan escuchando los cantos de sirena de los Saracibar de turno "contra el mercado" a la vez que tratan, esos cantores, de llevarse a sus propios bolsillos una parte del excedente que desde todos no llegaremos muy lejos.

Primero hemos de reconocer que el MERCADO (entendido como lo definen los economistas clásicos) no puede destruirse: es el lugar de encuentro de todos los productores en una sociedad industrial y postindustrial.

Como ese espacio de encuentro no puede destruirse lo que hemos de hacer es democratizarlo y eso significa algún tipo de socialismo democrático que no es compatible con el secreto, si con la propiedad de unos pocos sobre la mayoría de la tierra.

Pero a todos nos da miedo decir y actuar desde estos conceptos, por eso damos palos de ciego cuando llega una crisis como esta.

Esta crisis pasará, los capitalistas (partidarios de mantener la propiedad en manos de unos pocos, estafadores que dicen respetar la propiedad individual mientras se hacen ellos con la propiedad de todos) se harán mas fuertes y los no propietarios seremos mas débiles... A MENOS QUE DE UNA VEZ POR TODAS APRENDAMOS LAS LECCIONES QUE AHORA ESTAN EN LOS LIBROS DE HISTORIA.

V. Fernández (coisva)

 

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