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Propuestas de Attac para superar la crisis
ATTAC ha avisado durante los últimos diez años acerca de los peligros asociados al capitalismo financiero. Desde nuestra creación en 1998, justo después de la crisis financiera en Asia oriental, hemos tratado de explicar, sin cesar, a nuestros políticos que los mercados libres no son autorregulables y que las burbujas financieras son extremadamente peligrosas para la sostenibilidad de nuestras economías debido a que los especuladores financieros sólo se mueven por los beneficios a corto plazo y no por proyectos a largo plazo que crean el riqueza material e intelectual y reduce el desempleo. Durante muchos años hemos denunciado el poder de los mercados financieros sobre la economía real y cómo este enfoque neo-liberal nos ha ido lanzando hacia la catástrofe. Previendo el peligro, hemos pedido más regulación y más control democrático de la actividad financiera, pero nadie de la cúspide ha estado dispuesto a escucharnos. Los responsables de formular políticas y los economistas nos retrataron como alarmistas. Nos veían como un grupo de izquierdistas que no éramos capaces de aceptar las virtudes de la recién descubierta forma de capitalismo que se ha ido desarrollando en los últimos 30 años.
Ahora, sin embargo, sabemos que teníamos razón y ellos estaban equivocados. El Capitalismo Financiero se está cayendo a pedazos y estamos en una crisis importante con enormes consecuencias para el mundo. La fuerza de esta crisis es tan enorme que ha tomado por sorpresa a los responsables políticos, directores de la banca, los intermediarios y los economistas que no han querido ver el monstruo que estaban creando. Esta complacencia les ha hecho estar tan poco preparados para hacer frente a la crisis que, día tras día, están abrumados por cada nueva caída de un banco y de la Bolsa de Valores de forma masiva. Nuestros dirigentes están mostrando una escandalosa incompetencia para resolver la crisis porque quieren aferrarse al marco neo-liberal marco que ha demostrado ser tan devastador. A diferencia de ellos, los activistas de ATTAC nos hemos estado preparando para esta situación durante 10 años y sobre la base de nuestros conocimientos sabemos que necesitamos acciones sistémicas para hacer frente a una crisis sistémica. En estos momentos no se necesita una ligera regulación, como quieren algunos políticos pensar. Podemos ser testigos de la mayor crisis financiera en la historia, lo que puede llevarnos a una gran depresión como la que en el período de entreguerras de la década de 1930, con un desempleo masivo y el aumento de las tensiones entre los Estados-nación. En esta situación de emergencia, ATTAC, que reúne a académicos, economistas, periodistas, profesionales, trabajadores y activistas de toda Europa, propone las siguientes acciones para mitigar los efectos de la crisis.
1. Cooperación internacional: Esta crisis es una crisis internacional, por lo tanto, ningún Estado, ni siquiera los EE.UU., puede resolverla por sí solo. Los dirigentes del mundo deben sentarse juntos y el diseño de una nueva arquitectura financiera sobre la base de políticas, democráticas, por lo tanto, el control de los mercados financieros. La política tiene que estar de nuevo por encima de la economía y no al revés.
2. Mitigar los efectos de la crisis de acuerdo con el principio "el especulador paga": Cuando los mercados financieros estaban en auge, los especuladores estaban haciendo enormes beneficios. Ahora que los mercados se han estrellado, los encargados de formular políticas quieren repartir las pérdidas entre todos los contribuyentes con la esperanza de mantener el sistema vivo. Esto es inaceptable. En lugar de ello, nos proponemos crear en cada país un fondo de crisis alimentado por una única imposición extra sobre todos los ingresos de capital por encima de 50.000 euros y un 1% de impuesto extra sobre todos los beneficios de las empresas del sector financiero.
3. Control democrático sobre el Banco Central Europeo: Desde su creación, el Banco Central Europeo (BCE) sólo se ha preocupado de la inflación, siguiendo el dogma neoliberal que ha demostrado ser tan dañino. Es hora de cambiar las políticas monetarias del BCE a favor de un crecimiento más sostenible y del empleo, bajo la estricta supervisión del Parlamento Europeo, nuestros representantes democráticos a nivel europeo. El BCE debería establecer de inmediato los controles de capital en Europa con el fin de estabilizar todo el sistema económico y evitar la evasión fiscal y tributaria, y en estos momentos, la competencia existente entre los seguros de depósitos entre los diferentes países.
4. Fiscalidad para evitar la especulación: Necesitamos urgentemente impuestos sobre todo tipo de transferencias financieras a fin de terminar con la especulación, de ralentizar la velocidad de los mercados financieros y de poner fin a corto plazo. Esto incluye un marco multilateral de impuestos sobre todas las transacciones monetarias para desalentar las operaciones especulativas a corto plazo a través de las fronteras. El capital debe utilizarse para la financiación de comercio equitativo y sostenible, la producción y el consumo y no para jugar en el "Casino Mundial" de los mercados financieros de hoy en día.
5. Cerrar los paraísos fiscales y centros off-shore: ¿Quién necesita centros de banca extraterritorial (OFCs) y paraísos fiscales? Sólo los individuos ricos y los inversionistas institucionales que quieren ocultar sus bienes de las autoridades fiscales, la mafia, terroristas, comerciantes de armas y otras fuerzas criminales que quieren blanquear dinero. No hay ningún argumento económico razonable en favor del mantenimiento de la situación económica de esos territorios. Por lo tanto, su función económica debe ser completamente cerrada.
6. Creación de bancos públicos: Después de la Segunda Guerra Mundial, en Europa, la orientación de la banca pública sin fines de lucro hizo un buen trabajo. Durante las dos últimas décadas, estos bancos se han ido cada vez más fusionando y transformando en bancos comerciales con ánimo de lucro, cuyas acciones se negocian en los mercados de valores. Esta tendencia debe invertirse, y los bancos públicos sin ánimo de lucro deben ser fortalecidos y quedar exentos de la legislación europea en materia de competencia. El Tesoro Público debería poseer, al menos, algunos de los principales bancos para proporcionar financiación estable para un desarrollo sostenible y justo.
Octubre 2008
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