Un estudio de la Agencia de Seguridad Alimentaria británica sugiere una relación entre el consumo de ciertos colorantes alimentarios y un aumento de la hiperactividad infantil
- La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria tiene en marcha una reevaluación general de todos los colorantes autorizados prevista en la Directiva 94/36/CE
- El estudio ha encontrado una relación estadística entre el consumo de ciertas combinaciones de colorantes unido al consumo de benzoato sódico y síntomas de hiperactividad en niños
- La Agencia británica recuerda que los trastornos de comportamiento por hiperactividad y déficit de atención están ligados a factores diversos: genéticos, ambientales y de educación
- Por su diseño, el estudio no puede aportar información acerca de los mecanismos biológicos que pudieran explicar esa asociación, cuestión que queda para investigaciones futuras
6 de septiembre de 2007.-Un estudio encargado a la Universidad de Southampton por la Agencia de Seguridad Alimentaria británica (FSA) sobre ciertos colorantes utilizados en la industria alimentaria ha encontrado una relación estadística entre ciertas combinaciones de los mismos unidas a benzoato de sodio y síntomas de hiperactividad. Para una mejor comprensión del alcance de este estudio, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) emite este comunicado.
Por hiperactividad, en el contexto de este estudio, se entiende la concurrencia de las siguientes conductas: sobreactividad, inatención e impulsividad. En estas circunstancias aparecen como manifestaciones extremas transtornos hiperactivos con déficit de atención y transtornos kiperkinéticos.
Las combinaciones de colorantes con benzoato sódico estudiadas son:
a- amarillo anaranjado (E110), tartrazina (E102), carmoisina (E122) y rojo cochinilla 4R (E124)
b- amarillo anaranjado (E110), amarillo quinoleina (E104), carmoisina (E112) y rojo allura (E129).
Las autoridades británicas han puesto este estudio en conocimiento de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que, en cumplimiento de lo establecido en la legislación comunitaria (Directiva 94/36/CE), lleva ya cierto tiempo reevaluando aquellos colorantes cuyos datos toxicológicos, por ser más antiguos, deben ser revisados. Ni la EFSA ni la Comisión Europea han formulado recomendación alguna de cautela, insistiendo en que los aditivos en cuestión están todos autorizados en la UE para su uso en diversos productos, principalmente en golosinas, bebidas refrescantes, productos de bollería y helados.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, EFSA, había iniciado ya una revisión de la seguridad de todos los colorantes que están aprobados para su uso en la Unión Europea. EFSA ya ha anunciado que tendrá en cuenta el estudio inglés en sus trabajos de evaluación.
La EFSA advierte a los padres con hijos con hiperactividad de que su comportamiento quizás pudiera mejorar si eliminan de su dieta los productos que contienen los colorantes referidos, si bien insiste en que este tipo de desórdenes de la conducta están asociados a diversos factores (genéticos, medioambientales, etc). y que la interrupción del consumo de los colorantes puede no acarrear ninguna mejora.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) se une a esta recomendación y recuerda que los colorantes citados están obligatoriametne mencionados en el etiquetado de todos los productos que los contienen. Por tanto, los padres que así lo deseen pueden identificarlos fácilmente y no dar a sus hijios productos que los contengan. En este sentido, la AESAN recuerda que, de acuerdo con la legislación comunitaria, los aditivos deben aparecer en el etiquetado con su nombre o con el llamado número E, lo que permite en todo momento a los padres con niños afectados por este trastorno elegir o rechazar cualquier tipo de producto que contenga los colorantes en cuestión.
Cuando las investigaciones y evaluaciones en curso progresen más y aporten nueva información o aconsejen tomar otras decisiones, la AESAN lo comunicará al público lo antes posible. Este estudio británico, de gran complejidad, revela el buen funcionamiento del sistema europeo de seguridad alimentaria.
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