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Izquierda Socialista de Valladolid en la defensa de los Servicios Públicos

Las gentes de clase media, profesional, universitaria, empresarial está diciendo que BASTA YA

Las clases dirigentes nunca suelen temblar ante movimientos sociales de los desposeídos: saben que siempre contarán con las fuerzas policiales (de todo tipo) para cerrar el camino a un cambio violento. Pero lo complicado para las clases dirigentes es cuando los que lideran un cambio son de clase media. Aquí la defensa se complica muchísimo. Repasad revoluciones recientes: la francesa o la rusa, por ejemplo. Claro que había obreros en sus filas, pero ni Robespierre ni Lenin eran obreros: eran de clase media. En España le ha dado un susto tremendo a la clase dirigente ese movimiento que va desde el 15-M hasta Podemos. Tienen un miedo atroz: la guillotina la hacía funcionar un obrero, pero la inventó un técnico de clase media.

 

El Gobierno de PP ha decidido que los desfases económicos de España los tienen que pagar las clases medias. También algunos sectores laborales, pero siempre bajo vigilancia policial.

 

El PP está sentando las bases para la revolución más peligrosa: la de las clases medias.

 

No pasan por casualidad tres movimientos políticos de largo recorrido: primarias en el PSOE, cambios en IU y sorpresa con Podemos. Son las clases medias las que empiezan a decir que “hasta aquí hemos llegado”.

 

No comprendo cómo los políticos que nos gobiernan no se dan cuenta que resulta insoportable que se hable de movimientos de capitales de cantidades obscenas robadas en un partido o engañadas en la Bolsa y que no pase nada.

 

Porque la realidad es que no pasa nada.

 

Y las gentes de clase media, profesional, universitaria, empresarial está diciendo que BASTA YA.

 

Pasa en el PSOE, pasa en IU, pasa en la calle y, aquí, se llama Podemos.

 

Los revolucionarios eficientes del PSOE, de IU o de Podemos, tienen que acertar en cómo se termina este disparate: nos equivocamos gastando mucho más de lo que podíamos gastar, pero no se nos puede obligar a devolver el dinero a una velocidad que nos lleve a la miseria. Porque tampoco eso le interesa al acreedor.

 

Ni Robespierre ni Lenin, pero un cambio profundo se impone en España.

 

Luis Solana es militante socialista y promotor de Nuevas Tecnologías

elplural.com

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