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Me partí la cara en el 15-M cuando no me dejaban hablar por sociata

La joven socialista Beatriz Talegón presenta ’No nos avergoncéis’ un relato histórico de España que busca "despertar conciencias"

J. LOSA Madrid 27/09/2013

 

Beatriz Talegón (Madrid, 1983) saltó a la arena mediática con un encendido discurso durante el Consejo de la Internacional Socialista en el que arengaba a los líderes de su partido por sus lujos y su incapacidad para conectar con la calle. De aquello hace poco más de siete meses, desde entonces, la secretaria general de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas (IUSY, por sus siglas en inglés) ha permanecido en un segundo plano que ha aprovechado para escribir un libro de reciente publicación, No nos avergoncéis (Destino), en el que busca "despertar conciencias", ya que, según cuenta, "somos una generación engañada", pero "no somos una generación perdida".

 

En el libro hablas con cierta fascinación de la figura de Zapatero...
Creo que él habría querido hacer más de lo que hizo, estoy segura de ello y en el libro lo digo. Creo que lo único que le puedo atribuir a Zapatero es la elección de la gente con la que se rodeó, tanto para bien como para mal. En un principio, hubo un equipo que empezó a tomar decisiones valientes, que tira para adelante contra viento y marea, que supuso una apertura y un cambio total de la situación política de crispación y mal rollo que había en la época de Aznar. Ahí fue cuando empecé a militar porque ví cosas que me gustaban, como la cultura, la libertad, la tolerancia, una política elegante a fin de cuentas. Pero de repente todo empezó a irse al garete y yo misma me sentí muy decepcionada, cambiaron muchas cosas y en especial la gente que rodeaba a Zapatero.

 

¿Crees que Rubalcaba es un lastre para el partido?
Rubalcaba es alguien en el PSOE que ahora mismo juega un papel fundamental, hay quien considera que fundamental para bien y hay quien considera que fundamental para mal.

 

¿Y qué considera Beatriz Talegón?

Yo considero que es el Secretario General, que ha sido elegido por las normas que hay y que igual habría que replantearse las normas y los procedimientos. No voy a criticar a alguien que haya sido elegido con los procedimientos vigentes, lo que sí creo es que hace falta una regeneración de los procesos, una regeneración ética en la que haya muchas voces, muchos sentires y muchos proyectos. Creo que no es tanto una cuestión personalista, sino de proyectos, conductas y formas de llegar a puntos de decisión, me gustaría participar en un cambio para una mayor democracia en el partido.

 

¿Te sientes representada por Rubalcaba?
A mí hora me representa en la medida que es el Secretario General de mi partido, si se presentan otras opciones habría que estudiarlas y yo trataré de apoyar la que más me convenza, siempre y cuando defienda un militante un voto, la limitación al máximo de los avales hasta su práctica desaparición, las listas desbloqueadas, la participación de la ciudadanía, una política económica diferente... No es tanto una cuestión de personas sino de proyectos, no se trata de tirar piedras contra Rubalcaba porque es el que ha sido elegido ahora yo mira para adelante que es lo que quiero para adelante y miro que es lo quiero para adelante.

 

El PSOE ha ido al rebufo de las movilizaciones sociales, ¿cómo podría revertir esta situación?
Considero muy importante abrir los partidos, abrir las orejas y escuchar sobre todo con la intención de aprender y de analizar, no de intentar convencer a nadie. Hemos de pensar que puede ser que tengan razón en muchas cosas, puede ser que no se haya hecho todo lo bien que se debería o que no se haya hecho bien en absoluto, por lo que hay que plantearse una autocrítica. Creo, además, que el partido no se debe entender por parte de nadie como una propiedad.

 

¿A qué te refieres?

 El partido es un conjunto de gente, es un medio, no es un fin en sí mismo. Cuando se critica al partido los hay que lo defienden a ultranza y creo que hay que pararse y decir: bueno, mire, yo respondo de mis actos, milito en un partido porque tengo mis ideales, pero no voy a pagar los platos que otros han roto. Hay que abrir el partido, que haya más democracia interna, acabar con los procesos oscuros que facilitan que unos medren y otros no puedan ni plantearse participar.

 

Lo que está pasando en la calle está muy bien, es muy sano debatir, pero falta un compromiso. Si la gente se queja de que los partidos que hay no les gustan pues se pueden hacer partidos nuevos, pero eso lleva mucho tiempo y las necesidades sociales ahora no están para perder tiempo, o se pueden utilizar las estructuras que ya existen para dotarlas de un contenido y de una democracia real, que en definitiva es lo que se está pidiendo. Creo que la gente también tiene que quitarse los prejuicios, entrar en los partidos y cambiar lo que no le gusta que haya dentro.

 

Y qué harás si no se llevan a cabo esos cambios que apuntas, ¿seguirías en el partido?
Creo que mis valores están más allá de unas siglas, creo que se pueden aplicar los principios y los valores a través de un partido político pero también a través de una profesión, de una vocación. Nadie va a cambiar mis principios y mis valores, otra cosa es que yo considere que la herramienta es útil para alcanzar dichos fines, en la medida en que me resulte útil seguiré, pero no es la única vía.

 

¿Dónde estabas el 15 de mayo de 2011?
En Bruselas, en una manifestación del 15-M

 

Se lo pregunto porque le llovieron críticas poco después de aquel discurso en Cascais. Muchos entonces le acusaron de arribista, incluso de ser un producto prefabricado.
Yo tengo muy claro quién soy, dónde estoy y quien me conoce lo sabe bien. No tengo nada de lo que avergonzarme, he militado desde hace diez años, he currado desde los dieciséis, me he involucrado en política porque me gusta, pero para mí la política no es el fin ni el medio de ganarse la vida ni muchísimo menos. ¿Que soy una oportunista? Soy la Secretaria General a nivel mundial, si yo no tengo derecho a enviar un mensaje... Entiendo que hay gente a la que le jode mucho que recibas una atención sin haberte cargado a nadie, simplemente habiendo trabajado honesta y coherentemente de una manera demostrable. ¿Que se inventan cosas como que viajas en primera y que cobras no se qué? Yo sí puedo demostrar que eso no es cierto, en el momento en el que eso se dijo yo nunca había viajado en primera.

 

Tengo la conciencia muy tranquila, lo que sale de los derechos de autor de este libro va para el banco de alimentos, he estado en las manifestaciones del 15-M, me he partido la cara en las asambleas cuando no me dejaban hablar por sociata, no hay que ser tan simplista; ni el discurso que di en Cascais era sobre los hoteles de cinco estrellas, ni aparecí ahí de la noche a la mañana; he militado, he pegado carteles, he sido concejal, he estado cooperante, voluntaria, becaria, he currado sin cobrar. Soy una tía normal y corriente que milito en el PSOE.

 

¿Qué opina de la posibilidad de un frente de izquierdas? ¿por qué no se cuenta con el PSOE?

Se cuenta con una parte del PSOE, hay una corriente interna que se llama Izquierda Socialista, que estamos en esa línea. Considero que es normal que quede excluido, la Tercera vía y la socialdemocracia son lo que son, ¿a quién queremos engañar?, la realidad está ahí, hubo un momento, durante los años 80, que se decidió que el socialismo iba a tirar por un camino y ahora está resultando que ese camino fue erróneo, los hechos lo están mostrando. El debate está ahí, dentro de los partidos socialistas y socialdemócratas algunos nos consideramos socialistas democráticos y otros se consideran socialdemócratas, ¿que nos quieren meter a todos en el mismo saco? ¿que nos señalan con el dedo y nos llaman marxistas? Pues bien, yo prefiero llamarme marxista que neoliberal.

 

La gente que entendemos la izquierda tenemos que dejar de partirnos la cara entre nosotros para ver quién es más de izquierdas, quién es más auténtico y quien pertenece a la verdadera izquierda. Hablemos de lo básico que es lo que nos están quitando y luego ya si quieres nos ponemos estupendos.

 

En el libro abordas la Transición de un modo un tanto laxo. ¿Qué opinas de este periodo, no crees que su pudo hacer más?
Criticar las cosas a toro pasado es fácil, hay que aplicar un poco de empatía, ponerse en la piel de los que tuvieron que acabar con una dictadura con 40 años de sombras y abrirse comparándose con. Creo que en ese momento se hizo un gran ejercicio de convergencia, porque muchos renunciaron a principios fundamentales que defendieron a ultranza. Ahora descubrimos de alguna forma que no es oro todo lo que reluce, no fue todo tan cierto como parecía, hay luces y sombras, cosas que no encajan bien, pero lo que creo que está claro es que gracias a ese esfuerzo ahora podemos dar un paso más y tratar de mejorarlo.

 

publico.es

 

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